“Estoy trabajando a tiempo completo y aun así tengo que dormir en el suelo del salón de mi madre”. No es el testimonio de alguien que acaba de perderlo todo, ni de alguien con una historia de adicciones o exclusión social. Es la realidad de Damo Buxton, de 36 años, empleado de la tienda online de electrodomésticos AO en Stroke-on-Trent, Inglaterra.
Cobra hasta 2.500 euros al mes, pero no consigue alquilar ni siquiera una habitación. Ni tiene antecedentes bancarios que muchas veces solicitan los caseros, ni puede reunir la fianza que le piden, y tener perro tampoco ayuda. Damo nunca imaginó que su vida terminaría así: “A mi edad, debería poder valerme por mí mismo”, recogen desde la BBC. Pero el mercado del alquiler se ha puesto imposible en Inglaterra.
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En Stoke-on-Trent, el alquiler medio ya supera los 669 euros al mes, un 12,4% más que el año pasado, según el medio de comunicación. Y para los que, como él, no pueden pedir ayuda a familiares o no cumplen los requisitos para solicitar ayudas públicas, la única opción es buscar un techo donde pasar la noche.
Su caso no es el único. El número de personas sin hogar en West Midlands, condado de Inglaterra, ha alcanzado cifras récord. Según la ONG británica Shelter, ya hay más de 28.200 personas viviendo en la calle o en alojamientos de acogida. Y la organización avisa de que la cifra real es mucho mayor, porque solo pueden contar a los que realmente “duermen en el suelo”.
La nueva cara de los ‘sin techo’
Ya no son solo personas en riesgo de exclusión social o con problemas de adicciones. Hay gente con empleo, buenas nóminas y hasta mascotas que no encuentran dónde vivir. Damo lo resume así: “Si eres un trabajador que no tiene adicciones, directamente te ignoran porque no eres vulnerable”, lamenta.
El caso de Izzy Longmore, de 29 años, es otro ejemplo. Tras una ruptura, acabó durmiendo en su coche y evitando contárselo a su familia por no preocuparles: “No quería darles esa culpa de decirles: ‘si no me ayudáis, me quedo en la calle’”.
La joven expone que le habían negado la ayuda a la vivienda porque ganaba 1.000 euros al mes, quedándose sin opciones donde dormir. Posteriormente, una asociación de vivienda la ayudó, pero la precariedad volvió cuando perdió el trabajo.
Las cifras lo dejan claro. Birmingham tiene ya 18.300 personas sin hogar, Coventry 3.500 y Sandwell 770, según la BBC. También hay miles de casos que no se conocen, de gente que duerme en sofás de amigos, coches o habitaciones prestadas.
El precio de la vivienda sigue subiendo, las exigencias de los caseros también, y las ayudas sociales no llegan o dejan fuera a miles de personas solo por tener un trabajo. “Puedes tener una nómina y aun así quedarte fuera de todo”, lamentan desde la ONG.