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Un inquilino muere, pero el casero no podrá entrar en la vivienda alquilada hasta que aparezcan los herederos mientras los vecinos se quejan por los malos olores

Aunque el inquilino falleció en octubre de 2025, el propietario sigue sin poder acceder al estudio a causa de la normativa sobre herencias

Una mano abriendo la puerta de una vivienda
Una mano abriendo la puerta de una vivienda |Envato
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:
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Se suele pensar cuando se pierde a un inquilino, el casero recupera de inmediato la vivienda, incluso cuando fallece. Pero no ha sido así para este propietario francés que tras fallecer su inquilino no puede entrar en la vivienda hasta que no aparezcan sus herederos. 

El casero, según la información publicada en Figaro Inmobilier, llevaba alquilando desde 2015 un estudio de unos 20 metros cuadrados por 280 euros al mes, pero a finales de octubre, su inquilino falleció. El cuerpo no fue descubierto hasta pasado cerca de diez días.

Ahora, lejos de poder recuperar su vivienda, tendrá que esperar a que aparezcan los herederos, ya que en Francia, cuando hay de por medio un fallecimiento, el contrato de arrendamiento se mantiene, en principio, vigente en favor de los herederos. Y si estos no pueden ser localizados, la vivienda puede quedar bloqueada durante meses.

Los vecinos se quejan de los malos olores que provienen del interior de la vivienda

Según explica en el medio la notaria a cargo del caso, Élise Mabille, el fallecimiento del casero no anula automáticamente el contrato de alquiler. Legalmente, este queda en manos de los herederos, que deben asumir obligaciones como el pago del alquiler. 

El problema en ese caso es que, aunque se sabe que existía un hijo del difunto, no ha sido posible localizarlo, ni a él ni a otros posibles herederos.

Mientras tanto, el arrendador no puede entrar en el interior del piso para limpiarlo o revisarlo. La ley le exige el consentimiento expreso de un heredero o una orden judicial. Esta imposición deja el estudio sin uso, y representa un riesgo sanitario, ya que otros vecinos se han quejado del olor proveniente en las zonas comunes, lo que subraya la urgencia de intervenir.

Para desbloquear la situación, la notaria presentó una solicitud de embargo de la propiedad ante el juez. El objetivo es que se le otorguen poderes para abrir la sucesión, permitir el desalojo formal, vaciar el piso con ayuda de un alguacil, guardar los bienes valiosos en un trastero y devolver la vivienda al propietario.

Además, se ha contratado a un genealogista para localizar a posibles herederos. Si no se localiza ninguno, la ley contempla que los bienes vacantes puedan pasar al Estado. En ese caso, el Estado se encargaría de gestionar la herencia, liquidar posibles deudas y, si procede, indemnizar al propietario por los gastos ocasionados y el tiempo en que la vivienda estuvo inutilizable.

Mientras tanto, el propietario lleva ya más de un mes sin poder usar su piso. Según cálculos de una empresa de limpieza local, rehabilitar el estudio, limpieza profunda, desinfección, y nuevas cerraduras, podría costarle al propietario hasta 2.400 euros.