Cuando alguien invierte en vivienda con el fin de rentabilizarla, uno de sus mayores miedos es la posibilidad de que le puedan ocupar la casa de forma ilegal, incluso antes de llegar a alquilarla y obtener algún beneficio de la misma. Esto se une a otro problema similar que también muchos propietarios temen, el de los inquiokupas, que es cuando un inquilino que alquiló la vivienda y estuvo viviendo en ella un tiempo decide seguir viviendo en ella pero sin pagar el alquiler y los recibos.
Sí, estas situaciones existen pero, ¿realmente son tan frecuentes como para que los propietarios pasen miedo cuando van a alquilar su casa? El economista Juan Ramón Rallo y el inversor inmobiliario Pau Antó han debatido sobre ello en un vídeo de YouTube, detallando las consecuencias de la okupación y cómo afecta al mercado inmobiliario realmente.
Antó: “los cuerpos de seguridad no actúan con la contundencia necesaria”
Uno de los mayores problemas por el que se produce la okupación y gran parte de los propietarios tienen miedo, según Pau Antó, es porque “los cuerpos de seguridad no actúan con la contundencia necesaria por miedo a cometer errores legales”, dejando así al propietario en una situación muy vulnerable. Esto se debe a que los funcionarios encargados de estos casos realizan una interpretación difusa de la ley.
En algunos casos, sobre todo allí en Cataluña, el inversor inmobiliario explica que han tenido que intervenir directamente en ciertos intentos de ocupación, acudiendo con abogados y documentación para convencer a los Mossos d'Esquadra de que debían desalojar a los ocupantes. Él ha vivido estas situaciones en su empresa, Monest Capital, teniendo casos complicados donde sacar a los okupantes de sus viviendas no era tarea sencilla.
Antó considera que en España, aunque tengas la ley de parte de tu parte, se debe “negociar con la policía” para conseguir echar a los okupantes y recuperar tu casa. Una contradicción especialmente sangrante cuando se trata de inmuebles por los que se han pagado impuestos, escrituras y cuotas hipotecarias, lamenta el inversor. Pero, ¿hasta qué punto son un problema los inquiokupas?
En 200 operaciones solo han tenido un caso de inquiokupa
Para el economista Rallo, existen dos tipos de ocupación. En primer lugar, está la típica, cuando alguien se mete en una casa que está vacía. Y en segundo lugar, la que realmente preocupa a los que invierten en vivienda: los inquilinos que dejan de pagar el alquiler y las facturas.
Pau Antó, que se dedica a gestionar inversiones inmobiliarias, cuenta que este tipo de problema apenas lo han vivido. Explica que su empresa huye de esos pisos que prometen rentabilidades del 10% o más, porque “cuanta más rentabilidad, más riesgo”. Por eso, prefieren recomendar pisos con una rentabilidad más estable, entre el 6% y el 8%, pensados para alquilar a largo plazo o por habitaciones.
Según dice, han cerrado más de 200 operaciones y solo han tenido un caso de impago. Aun así, no fue un drama, porque tenían contratado un seguro que se encargó de pagar las mensualidades que faltaban y además puso en marcha el proceso judicial para echar al inquilino.

