La mayoría de personas decide sacarse el carnet antes de los 30 años, pecando la mayoría de inexperiencia a la hora de conducir, por haber vivido aún pocas situaciones en carretera. Y es que no son pocos los conductores que aún tienen menos de 30 años y, por tanto, menos de 12 años de experiencia en las carreteras. Así lo muestran los datos de la Dirección General de Tráfico, que indican que algo menos del 13% de los conductores en España tienen entre 18 y 30 años.
Una vez que estos jóvenes obtienen el permiso de conducir, tienen que enfrentarse al “mundo real”: ya no hay un profesor a su derecha que corrija los fallos y, además, debe adaptarse al vehículo que va a usar a diario. Por todo ello, la DGT pide al resto de conductores que sean respetuosos cada vez que se encuentren con un novel en ciudad o en carretera, dejando a estos aprender y llevar de forma adecuada las diferentes situaciones que se dan en la vía, ya que en la mayoría de casos suelen cometer los mismos fallos.
Los 5 fallos que más cometen los conductores noveles
A pesar de que todo conductor novel tiene que llevar por obligación la señal ‘L’ en la luna trasera del coche como mínimo un año justo después de obtener el permiso de conducción, la cual advierte de que son conductores en proceso de aprendizaje, no está de más guardar algo de precaución extra con ellos, ya que la mayoría cometen siempre los mismos errores. De entre los fallos más cometidos por los conductores novatos, destacan 5 en concreto que todos alguna vez hemos cometido:
- Coche calado: Parece casi imposible que a un nuevo conductor no se le cale el coche alguna vez. Aunque ya practicaran con el coche de prácticas y el profesor de autoescuela les enseñara a evitar esto, no es raro ver que en los primeros meses de conducción al conductor se le sigue calando el motor en determinadas situaciones. Esto ocurre en la mayoría de casos porque cada coche tiene un ‘tacto’ diferente en el pedal del embrague y la persona que coge ese vehículo debe acostumbrarse antes a ese embrague concreto, que cambia en cada coche.
- Dar acelerones: Las ganas por salir de la zona donde tenemos el coche estacionado o, simplemente, la tensión de las primeras veces, se transmite a nuestros pies y provoca que apretemos demasiado fuerte el pedal del acelerador. Eso sumado a que, como en el caso anterior, cada coche acelera de forma diferente o tiene una potencia específica, hace que primero nos tengamos que acostumbrar a ese coche para no forzar los cambios de marcha o el aumento de velocidad.
- Aparcar en varios intentos: Otra que no falla en los conductores novatos es la maniobra de aparcar. Es una de las que más tardamos en aprender, ya que pueden pasar los años y que nos siga costando aparcar de primeras. Cuando estás haciendo las prácticas tienes en mente los tres puntos de referencia que hay que aplicar, pero cuando ya tenemos el carnet y estamos en la calle, la cosa cambia. Estacionar en batería es algo más sencillo, pero hacerlo en línea puede ser complicado para cualquiera.
- Retenciones o ir demasiado lento: De nuevo, la inseguridad en nuestros primeros meses de conducción nos puede provocar reducir en exceso la velocidad en muchas circunstancias. Esto puede provocar una circulación demasiado lenta y que otros conductores se pongan nerviosos por tener que esperarnos.
- Falta de paciencia: Muchos conductores novatos piensan que deben realizar cada acción en carretera lo más rápido posible para no entorpecer al resto de conductores, algo que en realidad solo hace empeorar la conducción provocando más errores.
