La justicia obliga a un hombre de 40 años a irse de casa de sus padres: tuvieron que desahuciarlo para poder echarlo

Con presuntos malos tratos por parte del hijo de 40 años y una convivencia insostenible, los padres decidieron desahuciarlo para poder echarlo de la vivienda familiar.

Juez dictando sentencia
La justicia obliga a un hombre de 40 años a irse de casa de sus padres: tuvieron que desahuciarlo para poder echarlo Canva
Lucía Rodríguez Ayala

La justicia ha ordenado el desahucio de un hombre de 40 años de casa de sus padres, que había sido demandado por estos para qué abandona la vivienda familiar en la que residía junto a ambos. 

Así lo ha ordenado el Juzgado de Primera Instancia nº 19 de Zaragoza, según el Consejo General de la Abogacía Española explica en su web. En este caso, los padres han tenido que recurrir a una demanda de desahucio por precario para conseguir que su propio hijo de 40 años abandone la vivienda familiar. 

Según las aclaraciones de la abogada de los padres, este fallo de la justicia pone fin a muchos años de maltrato por parte del hijo y a una convivencia insostenible. 

Seguía viviendo en casa pese a tener trabajo y ser solvente 

Según la información aportada por el Consejo General, la abogada del matrimonio ha explicado, que pese al maltrato del hijo a sus padres, estos no han querido recurrir a la vía penal para denunciar dicha situación ni tener que recurrir a una orden de alejamiento, es por esto que se ha interpuesto la demanda de desahucio por precario para conseguir que abandone la vivienda.

 “Elegimos la vía del desahucio precario, argumentando que estaba viviendo en la casa sin tener título habilitante para ello ni realizar el pago de renta alguna. Con el Derecho Foral Aragonés, los padres tienen la obligación de alimentos con los hijos hasta los 26 años máximo”.

Según la propia abogada añade, el hijo de la pareja tiene trabajo estable y es solvente, por lo que no hay motivo para que siga viviendo en el domicilio familiar, ya que su situación se permite de sobra poder permitirse una vivienda de alquiler e incluso poder comprar una casa en la que vivir. 

Pese a la demanda, el denunciado no acudió al juicio ni respondió a la demanda, declarándose en rebeldía, lo que no ha podido evitar que el juzgado de la razón a sus progenitores y ordene el desahucio por el que tendrá que abandonar la vivienda.

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