Logo de Huffpost

El padre de una joven prodigio, que ya es universitaria a los 11 años, comparte su regla de crianza innegociable: “Ella está antes que todo”

Rafael Perales decidió abandonar su trabajo para dedicarse en exclusiva a educar a su hija.

Alisa Perales en un parque
El padre de una joven prodigio, que ya es universitaria a los 11 años, comparte su regla de crianza innegociable: “Ella está antes que todo” |Rafael Perales - CNBC
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
whatsapp icon
linkedin icon
telegram icon

Alisa Perales es una adolescente de solo 11 años que ya tiene previsto comenzar a estudiar en la Universidad de California, Riverside, en el otoño de 2025. A su corta edad ya ha conseguido dos títulos de matemáticas y ciencias generales, los cuales obtuvo el pasado mes de mayo. La vida de su padre, Rafael Perales, gira en torno a ella y a su educación. Aunque no se trata de una niña de altas capacidades, está claro que tiene dotes para llegar lejos.

La joven consiguió sus dos primeros títulos de asociado en Crafton Hills College, un colegio comunitario público en Yucaipa, California, donde se matriculó a los 8 años. Tras este logro se matriculó en la Universidad de California, Riverside, con la intención de obtener una licenciatura en informática y, con el tiempo, poder trabajar en el sector tecnológico, detalla.

“Los niños son lo primero. Ella está antes que todo”

Su padre, Rafael, de 51 años, dejó su trabajo a tiempo completo como abogado en San Bernardino, California, cuando Alisa tenía tan solo un año para priorizar la educación de esta niña prodigio. Su sacrificio profesional refleja su regla de crianza innegociable, según él: “Los niños son lo primero. Ella está antes que todo, incluyéndome a mí. Estoy bastante abajo en la lista de cosas importantes”.

En el momento en el que Rafael decidió abandonar su carrera profesional, Alisa ya conocía todo el abecedario y podía contar hasta 100. Su otro hijo, que ahora tiene 32 años, ya no vivía en casa y trabajaba como aprendiz de fontanero. Cuando pensó en los beneficios de que Alisa recibiera atención y tutela personalizada, la decisión “se volvió bastante fácil”, explica Rafael.

Aunque al principio atravesaron dificultades económicas, al perder los ingresos principales en casa y ser padre soltero, pudieron sobrevivir sin problemas gracias a que tenían una renta de un local comercial que el protagonista tenía en Yermo, California, la cual había comprado previamente con una modesta herencia de sus padres, dice. Hasta cuando le preocupaba pagar las cuentas, seguía convencido de que centrarse por completo en la educación de Alisa era “lo correcto”, insiste. 

“Siempre tuve confianza en que encontraría la manera de salir adelante, pasara lo que pasara”.

Establecer una rutina constante

A los 2 años, Alisa ya sabía leer por sí sola, cuenta Rafael. Él la educó en casa hasta los 8 años, momento en el que completó los cursos exigidos por el estado de California para obtener su diploma de preparatoria. Durante ese tiempo, Rafael elegía entre distintos planes de estudio y guías de enseñanza en línea, adaptando los contenidos según los intereses y el nivel de habilidad de su hija.

Como maestro en casa, Rafael explica que se esforzó por crear una rutina constante, algo que, según los expertos, ayuda a los niños a sentirse más seguros mientras aprenden y juegan. Generalmente, seguían un horario fijo de clases y tareas escolares de 8:00 a. m. a 4:00 p. m., de lunes a viernes, señala.

El doble papel de Rafael como padre y profesor le permitió ayudar a Alisa a concentrarse y evitar “hacer tonterías”, aunque también era consciente de la importancia de no sobrecargarla de trabajo, dice. Después de la escuela, Alisa solía ir en patinete a visitar a sus amigos del vecindario, y casi todos los miércoles, Rafael la llevaba a Disneyland, en la cercana Anaheim, para darle una “válvula de escape” que esperaba con entusiasmo cada semana, comenta.

Rafael también integró el aprendizaje de su hija en sus viajes familiares, visitando lugares como el Gran Cañón o el Monte Rushmore para enseñar historia y geografía, dice. “No nos diferíamos mucho [de una escuela pública] en cuanto a la cantidad de estudios que realizábamos. Pero, sin duda, creo que éramos más productivos”, afirma.

Hoy en día, los planes de Alisa se parecen a los de muchos recién graduados de un colegio comunitario. Dice que espera con ilusión “conocer gente nueva y hacer nuevos amigos” en UC Riverside, además de viajar por todo el mundo y, eventualmente, trabajar en la industria tecnológica, posiblemente liderando su propia startup.

Como Alisa tiene solo 11 años, Rafael planea acompañarla en la mayoría de esos proyectos, incluyendo los viajes. Si decide lanzar una startup, probablemente él será su cofundador, asegura. La idea es que Alisa viva en casa y se desplace hasta UC Riverside, mientras Rafael la espera en el campus durante sus clases. Por ese motivo, comenta, es poco probable que regrese a un empleo de tiempo completo por ahora.

“Cuando me preguntan: ‘¿Vas a volver al trabajo?’, les digo: ‘Sí, quizá algún día me relaje y vuelva a tener un horario de 9 a 5’. Pero ahora no”, dice Rafael.

La importancia del tiempo de calidad con los hijos

Muchos especialistas en crianza advierten que los padres no deben descuidar su propio bienestar, incluso cuando priorizan la salud y el desarrollo de sus hijos. Ignorar este aspecto puede aumentar el riesgo de agotamiento y otros problemas de salud mental, según la Asociación Americana de Psicología.

No obstante, diversos estudios indican que los niños, sin importar el tipo de entorno educativo, pueden beneficiarse enormemente cuando sus padres participan activamente en su aprendizaje y desarrollo. Por ejemplo, una investigación de 2011 realizada por la Universidad de Brown y la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro reveló que los estudiantes de escuelas tradicionales cuyos padres se involucran de forma activa suelen obtener un mejor rendimiento académico.

Otros estudios también han demostrado que los padres que reservan tiempo de manera constante para actividades de aprendizaje práctico en casa pueden favorecer que sus hijos alcancen mejores calificaciones en los exámenes y desarrollen una mayor motivación y compromiso con la escuela.

En marzo de 2023, la psicóloga infantil Tovah Klein explicó a CNBC Make It que la calidad del tiempo que los padres comparten con sus hijos, ya sea en actividades educativas o recreativas, suele ser más importante que la cantidad de tiempo. “Casi siempre se podría decir que menos es más para los niños. Solo quieren estar contigo”, afirmó Klein, directora del Centro para el Desarrollo Infantil del Barnard College. “Siempre se trata de la calidad de la relación y de la calidad de las interacciones”, concluyó.