Son muchos los trabajadores que a la hora de jubilarse ven cómo la pensión que reciben es inferior a la que esperaban. Para resolver esta situación, la Seguridad Social ofrece a los jubilados la opción de volver a desarrollar una actividad laboral y seguir cotizando para mejorar la cuantía de la pensión. Este mecanismo de la Seguridad Social recibe el nombre de jubilación flexible.
Se trata de una buena opción para mejorar la cuantía de la prestación. Aún más desde que el Gobierno de España anunciara que tanto las pensiones contributivas como las no contributivas verán incrementadas sus cuantías para 2023, y según estimaciones del Gobierno se prevé que suban un 8,5 %.
La Ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, confirmó este extremo y el mismo está ya plasmado en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del próximo ejercicio, a falta de conocer el dato oficial de IPC de este mes de noviembre.
Requisitos para pedir la jubilación flexible
Pueden acceder a la jubilación flexible todos los trabajadores que perciban una prestación contributiva de jubilación, tal y como explica la Seguridad Social. En otras palabras, a la que se accede teniendo como mínimo 15 años de cotizaciones por trabajo. Además, habrá que reunir los siguientes requisitos:
- Tener la condición de pensionista por la Seguridad Social y estar cobrando la jubilación.
- Informar a la Seguridad Social de la intención cobrar la pensión y trabajar a la vez.
- Que el/los trabajo/s que se hagan no superen en ningún caso el 50 % de la jornada laboral.
- Mientras se desarrolle la actividad laboral se cotizará bajo el Régimen General.
Los trabajadores mientras se encuentren bajo este tipo de jubilación verán reducida la pensión de forma proporcional a la jornada de trabajo. Por ejemplo, si se trabaja con un contrato de trabajo de media jornada (el 50 %), la prestación se reducirá un 50 %. Esta reducción durará tanto como dure la actividad.
Hay que señalar que, ni los autónomos ni los trabajadores públicos pueden acceder a este tipo de jubilación. Lo que sí permite la Seguridad Social es acceder a lo que se llama, la jubilación activa o demorada. Es decir, que al llegar a la edad de retiro se podrá seguir trabajando para aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social.
¿Cómo afecta a la pensión las cotizaciones durante el trabajo?
Tras terminar el periodo de actividad a tiempo parcial, el pensionista deberá comunicar a la Seguridad Social que ha finalizado. En ese momento la administración cogerá los periodos de cotización que tenía antes y añadirá estos nuevos y recalculará la nueva cuantía de jubilación.
Ya en la siguiente nómina, se recuperará el total de la pensión (se quitará esa reducción) y ahora, con la nueva cuantía en la que se le incluyeron esas nuevas cotizaciones.
Este tipo de mecanismo puede favorecer a trabajadores que en su día pidieron una jubilación anticipada y vieron como al aplicar los coeficientes reductores la cuantía de la prestación se veía mermada. Gracias a esta flexibilidad que ofrece la Seguridad Social, el jubilado puede volver a trabajar y reducir esas penalizaciones que le aplicaron en su momento.
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