Pedro Sánchez solicitará en la investidura que el SMI llegue al 60% del sueldo medio

En un acto en Sevilla, el presidente del Gobierno en funciones ha dicho que propondrán una ley de paridad para que las mujeres tengan el 50 % del poder económico y político, y la puesta en marcha de un plan nacional de vivienda para jóvenes.

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez solicitará en la investidura que el SMI llegue al 60% del sueldo medio EFE
Javier Martín

Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, ha desvelado una de las medidas que presentará al debate de investidura si es propuesto como candidato a presidir el Gobierno: reformar el Estatuto de los Trabajadores para que el salario mínimo interprofesional (SMI) por ley sea todos los años el 60% del sueldo medio en España.

Esta medida, que ya había sido planteada por el candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, durante el debate parlamentario en el que se debatió sobre su candidatura como presidente del Ejecutivo, implicaría un incremento notable del SMI, que actualmente está establecido en los 1.080 euros brutos mensuales en 14 pagas, hasta los 15.120 euros brutos anuales, según el Real Decreto 99/2023, de 14 de febrero. Desde las filas socialistas ya se señaló que era una propuesta que lleva desde hace tiempo en el programa del PSOE.

“Para eso vamos a solicitar la confianza de la Cámara para defender a los trabajadores y a las trabajadoras”, anunció el presidente del Gobierno en funciones ante los cerca de 3.000 presentes en el acto celebrado en localidad sevillana de La Rinconada y que ha supuesto su primera intervención política partidista después de que Alberto Núñez Feijóo, ganador de las elecciones con el PP, fracasara en la investidura. Un hecho que no ha provocado más que el refuerzo de sus argumentos.

¿Cuánto subiría el SMI si Sánchez vuelve a ser presidente?

De acuerdo con los datos de la Seguridad Social en tanto en cuanto a las bases medias de cotización hasta marzo de este año, el salario medio bruto en España fue de 2.106 euros brutos mensuales. Por lo tanto, aplicar el 60% de este importe supondría subir el SMI a 1.263 euros mensuales, es decir, 183 euros más al mes.

Sánchez ha defendido esta medida como una forma de garantizar la dignidad de los trabajadores y trabajadoras y de impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo. Ha criticado a las derechas por oponerse a la subida del SMI y por defender los intereses de los más poderosos. Ha afirmado que su gobierno será un gobierno progresista, feminista y ecologista, que apostará por la igualdad, la justicia social y la transición ecológica.

Entre sus compromisos, ha destacado la aprobación de una ley de paridad para que las mujeres tengan el 50 % del poder económico y político, y la puesta en marcha de un plan nacional de vivienda para facilitar el acceso a la misma a las generaciones más jóvenes. Ha dicho que la vivienda es un derecho constitucional y no un problema como lo es para mucha gente en España. Ha pedido la confianza de la Cámara para formar un gobierno estable y fuerte que defienda los intereses de España y de los españoles y españolas.

Pros y contras de subir el SMI

Según los partidarios de esta iniciativa, aumentar el SMI tendría un efecto positivo sobre el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras con menores ingresos, lo que estimularía el consumo y la demanda interna. Asimismo, ayudaría a reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres y entre regiones, así como a mejorar la recaudación fiscal y la sostenibilidad de la Seguridad Social.

No obstante, también hay opiniones contrarias que alertan de los posibles efectos negativos de esta medida sobre el mercado laboral. Según estos argumentos, subir el SMI podría causar una pérdida de competitividad de las empresas españolas, especialmente de las más pequeñas y las más afectadas por la crisis del coronavirus. Esto podría derivarse en una disminución de la contratación, un aumento del desempleo o una mayor precariedad laboral.

Además, algunos expertos indican que el SMI no es el instrumento más adecuado para combatir la pobreza laboral o garantizar una renta mínima vital, ya que no tiene en cuenta las diferencias de coste de vida entre territorios ni las situaciones familiares o personales de cada trabajador o trabajadora. Por ello, proponen otras alternativas como complementar el SMI con ayudas sociales focalizadas o establecer un SMI diferenciado por sectores o regiones.

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