Las lagunas del bono joven para el alquiler: impactos negativos de la ayuda de 250 euros

El bono joven para el alquiler también conlleva una serie de impactos negativos. Estas son las quejas que ha cosechado la ayuda de hasta 250 euros al mes.

Impactos negativos del bono joven para el alquiler: lagunas de la ayuda de 250 euros al mes
El bono joven para el alquiler solo llegará al 1,7% de los jóvenes emancipados
Esperanza Murcia

El bono del alquiler para los jóvenes se aprobó, por fin, el pasado martes 18 de enero. Con carácter retroactivo desde el 1 de este mes, se les pagará a sus beneficiarios las cuotas acumuladas hasta el momento. Ahora, ¿cuándo? Lo cierto es que todavía no se puede solicitar la ayuda aunque esté aprobada y publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE)

¿Por qué? Porque el Gobierno de Pedro Sánchez aún tiene que pactar con las comunidades autónomas los criterios de reparto. Para ello primero convocará una conferencia sectorial con los gobiernos autonómicos, teniendo que pasar lo acordado por el Consejo de Ministros y, de nuevo, confirmarse en conferencia sectorial. 

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana también tienen que pactar los convenios bilaterales con cada comunidad, lo que supone retrasar la solitud del bono joven para el alquiler a un plazo de entre mes y medio o dos meses. Pero no es el único problema que presenta la ayuda, albergando una serie de lagunas que podrían acarrear consecuencias negativas para garantizar la emancipación de los jóvenes, objetivo principal de esta medida.  

Efectos negativos del bono joven para el alquiler 

Comenzando por lo básico, la medida está destinada a jóvenes inquilinos de entre 18 y 35 años con ingresos inferiores a los 24.318 euros anuales (tres veces el IPREM) aplicadas a todas las comunidades con excepción del País Vasco y Navarra. El problema llega cuando deben de cumplir con unas rentas límites que, en la práctica, es imposible no superar en las grandes ciudades. De ese modo, deja fuera a la mayoría de jóvenes de Madrid o Barcelona, igual que ocurre en otras capitales. 

Es así porque, entre los requisitos para solicitar el bono joven del alquiler, el precio de la vivienda alquilada no puede superar los 600 euros. Como mucho se podría subir a los 900 euros si la comunidad autónoma implicada decide elevar ese límite. En el caso de las habitaciones sueltas se sigue la misma línea: solo podrán beneficiarse de la ayuda quienes paguen como máximo 300 euros por la habitación o 450 euros si así lo decide el organismo autonómico. 

Si se echa un vistazo a los principales portales inmobiliarios se podrá comprobar que los precios de alquiler en las grandes ciudades está bastante por encima de esos niveles, exigiendo más dinero a los propietarios que los topes establecidos por el Gobierno de Pedo Sánchez. 

Es un aspecto que ha denunciado el Consejo de la Juventud (CJE), advirtiendo de que según sus cálculos la ayuda solamente beneficiará al 1,7% de los jóvenes emancipados, como ha explicado la vicepresidenta de Incidencia Política Margarita Guerrero. “Más que una ayuda parece una lotería, una bonoloto”, denuncian desde Twitter. 

Entonces, ¿quiénes se beneficiarán del bono? Se estima que entre 50.000 jóvenes, los más optimistas apuntan a 70.000, aunque podría haber un beneficiario sorpresa. Lo han avisado expertos económicos y el citado Consejo de la Juventud, advirtiendo de que es “dinero regalado a los propietarios” en ausencia de una regulación de los precios de alquiler, que sería la verdadera solución a las dificultades que sufren los jóvenes a la hora de emanciparse. Así lo ha denunciado también el líder de Más País, Íñigo Errejón, en su cuenta de Twitter. 

Mientras no se ataje este problema, el bono joven para el alquiler será solo un parche y estará alejado de alcanzar el objeto principal de facilitar su acceso a la vivienda. Ya no solo por este matiz, sino también porque, de forma camuflada, se está apoyando la existencia de alquileres abusivos ayudando a su pago y no regulándolos, que es el verdadero problema. 

A esto se le suma el hecho de que, como consecuencia, podrían aumentar todavía más los precios del alquiler, provocando un “efecto inflacionario”. Ha ocurrido en otros países europeos como estudia un informe del Banco de España de 2020, que se incrementa especialmente cuando la oferta de vivienda en alquiler no aumenta. 

Por último, hay que señalar que el Gobierno tiene que negociar con las distintas comunidades autónomas los criterios de reparto mediante una conferencia sectorial. Son estos organismos autonómicos las que gestionarán la ayuda, por lo que el número final de beneficiarios del bono joven social dependerá directamente de como decidan adaptar la medida. Las CCAA podrán cambiar ligeramente las condiciones de acceso, pudiendo elevar el límite de precios de la vivienda o habitación alquilada. Como resultado, el bono joven para el alquiler podría tener un reparto desigual

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