El trabajo forma parte de nuestra vida y cómo no, también de nuestro estado de ánimo. Esta situación puede llegar a mermar tanto, que la pregunta es obligada: ¿Te sorprendes pensando que mañana ojalá no tuvieras que ir a trabajar? Según explica la coach Andrea Franco, el primer aviso de esta situación llega cuando “fantasías con renunciar sin tener un plan B” y “solo piensas en el alivio que te da pensar que mañana no tienes que ir a trabajar”. Ahí el empleo ha dejado de ser sostenible.
En este sentido, Franco advierte en un vídeo publicado en sus redes sociales: “Estas son las cuatro señales que indican que dejar el trabajo es tu única opción”. Con un lenguaje claro, pone el foco en los indicadores que revelan que no se trata de un bache, sino de una dinámica que agota y pide una decisión.
Señales por las que deberías de dejar tu trabajo
Así, la primera señal es explícita. “Fantasías con renunciar sin tener un plan B” y continúa diciendo que “ya no te da miedo no tener red de seguridad, sino que solo piensas en el alivio que te da pensar que mañana no tienes que ir a trabajar”. Cuando el alivio imaginado pesa más que la incertidumbre, el cuerpo está marcando el límite.
La segunda alerta de la que nos avisa la coach es que aparece tras probar alternativas. “Hablar con tu jefe, poner límites, pedir un cambio de departamento, nada funciona”. Si “lo has intentado todo” y el contexto sigue igual, seguir esperando un cambio interno se convierte en una trampa de frustración.
Como tercera señal, social y muy reveladora: “Tu círculo más cercano piensa que eres monotema. Tu trabajo eclipsa todas las conversaciones y es un tema recurrente. Básicamente, eres lo que comúnmente se conoce y tus amigos con cariño llamarían un taladro”. Cuando el malestar laboral invade la vida personal, el desgaste ya es estructural.
Para Franco, esta es la más importante: “Has dejado de hacer todo lo que te gusta”. El día a día se resume en llegar “tan cansada todos los días que ya no tienes energía para nada más que no sea hacer la cena e irte a dormir”. Si desaparecen hobbies, vida social y autocuidado, la batería está en rojo permanente.
Para terminar el video, la coach manda un mensaje para que abramos los ojos. “Amiga, esto no es solo un bache, es un barco que se está hundiendo y tú con él. Así que lo único que te queda es saltar”. Su llamado es a reconocer las señales, pedir apoyo y preparar la salida cuando quedarse solo profundiza el coste emocional.
