Esta semana, la CEOE di a conocer su propuesta para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2026, apostando por un aumento del 1,5%, que lo situaría en los 1.202 euros brutos al mes repartidos en 14 pagas. Una subida que, en palabras de la patronal, es “prudente”. Sin embargo, para los sindicatos es insuficiente.
Al menos para Comisiones Obreras (CCOO), después de que su secretario general, Unai Sordo, haya calificado de “ridícula” la propuesta, alegando en primer lugar que el porcentaje de subida está muy por debajo de la inflación. Para Sordo, el SMI debe seguir aumentando hasta alcanzar el 60% del salario medio, tal como recoge la Carta Social Europea. Y, para conseguir este objetivo, la subida debería situarse en torno al 7%, acompañada de una reforma de la regulación del SMI.
Esta reforma, defienden los sindicatos, es especialmente necesaria porque millones de trabajadores tienen su salario base vinculado al SMI complementado con pluses que, muchas empresas, han ido reduciendo en la misma proporción que subía el salario mínimo. De este modo, quienes cobran apenas por encima del salario mínimo, no han percibido mejoras reales en sus nóminas, pese al incremento acumulado del 61% del SMI en los últimos años.
Por esta razón, desde CCOO van a exigir al Gobierno, y más concretamente al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, dos compromisos para poder alcanzar un acuerdo: una subida contundente del SMI y la modificación del reglamento que “impida que las empresas compensen los aumentos recortando complementos”.
Sordo pide “no mezclar” la subida del SMI con la negociación colectiva
El secretario general de CCOO también ha advertido que el principal problema salarial en España afecta a quienes se sitúan entre el SMI o ligeramente por encima y la media salarial, cuyas retribuciones crecen menos que los gastos que soportan las familias en vivienda, sanidad, productos básicos o educación. Por ello, ha asegurado que van a poner “toda la carne en el asador” tanto en la negociación del SMI como en el próximo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que fijarán los salarios de los próximos años.
En este sentido, ha querido recordar que el diálogo entre sindicatos y patronal tiene dos planos: el bipartito, centrado en la negociación colectiva, y el tripartito, donde intervienen Gobierno e instituciones para los cambios legales, pidiendo “no mezclar” ambos ámbitos. Bajo esta distinción, ha lanzado un mensaje a la CEOE y a su presidente, Antonio Garamendi, para que aprovechen esta “magnífica oportunidad” de demostrar su compromiso con el diálogo renovando el AENC para “impulsar salarios, dinamizar la economía y generar empleo y actividad para las empresas”.
Para Sordo, llega “la prueba del algodón” para comprobar si la patronal quiere fortalecer los espacios de diálogo social, recordando a la CEOE que estaban de acuerdo con la reducción de la jornada laboral siempre que se hiciera vía convenios y no mediante una modificación legal. Por eso, el sindicato sostiene que es momento de “verificar si esa posición era sincera o si se trataba solo de una excusa para bloquear mejoras legislativas en materia de jornada, permisos retribuidos y otros derechos laborales, amparándose en la alianza parlamentaria entre la extrema derecha y las distintas derechas del Congreso”.

