La Seguridad Social registró en julio un descenso medio de 4.667 afiliados extranjeros, lo que supone un 0,15% menos respecto a junio cuando batió récords, situando el número total de trabajadores no nacionales en 3.091.348. Así lo ha comunicado este jueves el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que, pese al retroceso mensual, destaca la consolidación del empleo extranjero por encima de los tres millones.
Del total de afiliados foráneos, un 69% procedía de países extracomunitarios (2.143.572 personas), mientras que el 31% eran ciudadanos de la Unión Europea (947.775). Entre los colectivos más representados destacan los trabajadores originarios de Marruecos, Rumanía, Colombia, Italia, Venezuela y China.
En términos desestacionalizados, sin embargo, la afiliación extranjera aumentó en 7.602 personas (+0,25%), lo que eleva el número de cotizantes ajustados a 2.999.225.
Desde 2018 hay 1 millón de extranjeros afiliados nuevos
Desde junio de 2018, el sistema ha sumado 1.069.456 afiliados extranjeros más, lo que representa un crecimiento significativo y sitúa la participación de este colectivo en el 14,2% del total de afiliados. El ministerio también ha subrayado que más del 40% del empleo creado desde la reforma laboral ha sido llevado a cabo por personas de origen extranjero.
Son datos que ponen de manifiesto la lucha contra el empleo irregular que se ha llevado a cabo en los últimos años desde el Gobierno, con un seguimiento constante por parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social a aquellas empresas o empleadores que tenían a personas extranjeras sin dar de alta en el régimen general de la Seguridad Social. Casos como el de Glovo reciben fuertes sanciones y obligan a dar de alta a los empelados en muchas ocasiones.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha valorado estos datos como una muestra de que “España es un país que acoge e integra”, destacando la contribución de los trabajadores extranjeros al crecimiento económico y a la sostenibilidad del sistema.
Saiz ha puesto el foco en la presencia creciente de estos trabajadores en sectores de alto valor añadido, donde sus competencias resultan “imprescindibles”. En sus palabras, “son compañeros y compañeras de trabajo y de vida cotidiana, que aportan cultura, humanidad y prosperidad a nuestra sociedad”.