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El Tribunal Superior de Justicia de Madrid declaró improcedente el despido de una empleada de Mercadona que fue sorprendida bebiendo una lata de cerveza durante su descanso, supuestamente, según la empresa, poniendo en riesgo la seguridad en su puesto de trabajo. Para el tribunal, aunque la normativa interna prohíbe el consumo de alcohol en horario laboral, Mercadona no logró demostrar que la trabajadora estuviera en estado de embriaguez ni que su desempeño se viera afectado. Por ello, concluyó que el hecho no fue lo suficientemente grave como para justificar el despido disciplinario.
Según explica la sentencia de 2024, la empleada llevaba trabajando en Mercadona desde 2001, hasta el momento del despido trabajaba en la sección de “listo para comer”. El 27 de junio de 2023, durante su descanso, la trabajadora compró una lata de cerveza de 50 cl y un sándwich de pollo en el supermercado y los consumió dentro de su coche antes de reincorporarse a su puesto de trabajo.
A petición de la cajera que le vendió los productos, el coordinador del centro supervisó la situación y siguió a la trabajadora hasta el aparcamiento, donde la vio consumir la cerveza y tirar el envase a una papelera. Tras esto, la llamó a su despacho, donde la empleada firmó un documento en el que reconocía haber bebido la lata de cerveza en horario laboral. A continuación, el coordinador le indicó que debía abandonar su puesto de trabajo antes de finalizar su jornada.
Para la cadena de supermercados, tal conducta suponía una infracción grave, ya que desempeñaba funciones en la sección "Listo para Comer", donde utilizaba cuchillos, freidoras y maquinaria. Además, Mercadona alegó que su normativa interna prohíbe el consumo de alcohol en horario laboral y que la situación representaba un riesgo para la seguridad. Por ello, dos días después, el 29 de junio, la empresa procedió a entregarle la carta de despido disciplinario.
Para la trabajadora no era justo e intento llevar a cabo un acto de conciliación administrativa, pero siendo la misma infructuosa. Ante esta situación, la trabajadora llevo su caso a los tribunales con el objetivo de que su despido fuera declarado improcedente.
Reclamación del despido
En el Juzgado de lo Social nº 7 de Madrid, la empleada argumentó que el despido era desproporcionado, ya que en ningún momento había mostrado signos de embriaguez ni afectado su desempeño en el trabajo. Además, sostuvo que no se había incumplido de manera grave ninguna de las conductas sancionables recogidas en el artículo 33 del Convenio Colectivo de Mercadona.
Por su parte, Mercadona defendió que la trabajadora había vulnerado la normativa interna al consumir alcohol en horario laboral y que su desempeño en la sección "Listo para Comer" implicaba riesgos al manejar cuchillos y maquinaria. Por ello, entendían que su despido disciplinario estaba justificado.
Tras escuchar a las partes, el Juzgado de lo Social falló a favor de la empleada despido improcedente y condenando a Mercadona a readmitirla en su puesto de trabajo o, en su defecto, indemnizarla con 55.245,13 euros.
El TSJ de Madrid lo declara improcedente
Mercadona, no conforme, presentó un recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, insistiendo en que la trabajadora había cometido una falta grave al consumir alcohol en horario laboral y que la sanción del despido era adecuada.
Aun así, el TSJ de Madrid confirmó la sentencia de primera instancia y rechazó los argumentos de la empresa. La clave para declarar el despido improcedente es que no se había acreditado que la trabajadora estuviera ebria ni que su desempeño se viera afectado. Además, el tribunal subrayó que, aunque la empleada firmó un documento en el que reconocía haber bebido una lata de cerveza, esto no implicaba necesariamente que estuviera incapacitada para seguir trabajando ni que su conducta justificara una sanción tan severa.
Por otro lado, el tribunal también valoró que la propia empresa permitió que la trabajadora se reincorporara a su puesto después de la pausa, sin que en ningún momento se le impidiera seguir desempeñando sus funciones hasta que el coordinador decidió enviarla a casa. Esto, a juicio del tribunal, demostraba que no existía una justificación objetiva para considerar que su estado representaba un peligro real en el desempeño de su trabajo.
Por todo ello, el TSJ de Madrid concluyó que el despido debía considerarse improcedente, de acuerdo con el artículo 55.4 del Estatuto de los Trabajadores. Como resultado, Mercadona quedó obligada a readmitir a la trabajadora o abonarle la indemnización de 55.245,13 euros. Además, el tribunal impuso a la empresa el pago de las costas procesales, fijadas en 800 euros.
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