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Despiden a un cartero después de 17 años trabajando por negarse a hacer un control de alcoholemia en su jornada laboral

El empleado se había bebido 2 o 3 vasos de whisky la noche anterior.

Un cartero anónimo
Despiden a un cartero después de 17 años trabajando por negarse a hacer un control de alcoholemia en su jornada laboral |Correos
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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El Tribunal de Apelación de Lyon confirmó el despido de un hombre el pasado mayo de 2025 por cometer una falta grave dentro del código de conducta de la empresa de correos francesa La Poste, al haber llegado ebrio a su puesto de trabajo y negarse en hasta 3 ocasiones a hacer la prueba de alcoholemia que le imponía su jefe en su jornada laboral.

Todo comenzó una mañana de jueves, un 21 de marzo de 2019, como cualquier otra en el centro de distribución de La Poste, el servicio postal y de correos francés. Eran poco más de las 7:00 de la mañana, en el centro de trabajo que se encuentra en Saint-Étienne (Francia), cuando uno de los carteros que trabajan allí, con 17 años de experiencia, llegó a su puesto algo confundido y mostrando un comportamiento tan extraño como sospechoso, según recoge el medio Le Figaro.

La forma en la que respiraba y cómo se comportaba resultó extraña para sus compañeros, y también para su jefe, que decidió enviarle un mensaje para preguntarle si estaba sobrio. El cartero no respondió de inmediato, pero cuando lo hizo explicó que se había bebido 2 o 3 vasos de whisky la noche anterior, hasta las 2:00 de la madrugada, por lo que solo habían pasado 5 horas hasta que se había incorporado a trabajar. Este lapso fue suficiente para despertar las sospechas de sus superiores, pero no para declararlo ebrio.

Lo despidieron por negarse a hacer la prueba de alcoholemia

Esto dio paso a que su empleador decidiera hacerle una prueba de alcoholemia, una posibilidad recogida en el manual de empresa, a lo que este cartero se negó hasta 3 veces. Este rechazo a hacer el control de alcohol fue lo que motivó su despido disciplinario por falta grave y no el hecho de haber bebido alcohol. Y es que el reglamento interno de La Poste prohíbe expresamente que haya personas ebrias en sus instalaciones y permite realizar controles de alcoholemia a los empleados que ocupan puestos considerados de riesgo.

Lo que muchos pasan por alto es que la empresa no tiene que demostrar que el trabajador estaba borracho. “Negarse a someterse a una prueba prevista en la normativa interna ya puede considerarse una falta, sobre todo si se solicita en varias ocasiones”, explica Henri Guyot, abogado laboralista del bufete ærige Avocats. En este caso concreto, el empleado tenía un puesto que implicaba conducir. “Es una situación típica en la que el empleador está legitimado para realizar un control, ya que el trabajo supone un riesgo para la seguridad de terceros. Si una persona bajo los efectos del alcohol conduce un vehículo de empresa, se convierte en un peligro potencial”, añade.

Para intentar demostrar que actuó de buena fe, el cartero acudió al hospital esa misma noche. A las 21:12, es decir, 14 horas después del incidente, se le realizó un análisis de sangre. El resultado fue negativo: cero alcohol. Cinco días más tarde se le practicó otra prueba. Pero ya no servía de nada. “Lo que cuenta es el estado del trabajador en el momento exacto en el que empieza su jornada, no lo que ocurra doce horas después. El tribunal rechazó claramente estas pruebas como elemento probatorio”, subrayó el abogado.

El Tribunal de Apelación confirmó el despido por comportamiento reiterado

En mayo de 2025, el Tribunal de Apelación de Lyon ratificó el despido del cartero. “El empleado ya había sido sancionado anteriormente por introducir alcohol en la empresa. Este tipo de comportamiento reiterado, aunque no sea continuo en el tiempo, justifica una reacción inmediata por parte del empleador”, señala Guyot.

Eso sí, en el entorno laboral no se pueden hacer pruebas de alcoholemia de forma indiscriminada. Para que sean válidas deben cumplirse dos requisitos: que el control esté recogido en el reglamento interno y que el puesto implique un riesgo real. “El empleador no tiene poderes policiales”, recuerda el abogado. Cuando se solicita una prueba, el trabajador tiene derecho a impugnar el resultado, pedir una segunda prueba y estar acompañado por un testigo o un representante sindical. “Pero todo eso solo es posible si la prueba llega a realizarse. Si el empleado se niega, desaparece cualquier opción de comprobación”.

La jurisprudencia es clara: negarse a someterse a un control dentro del marco legal constituye una falta grave, incluso aunque no existan antecedentes disciplinarios y pese a la antigüedad del trabajador. Este criterio también se aplica al consumo de drogas. “Este razonamiento es perfectamente extrapolable a los test de detección de estupefacientes”, concluye Guyot. El cartero no recibirá finalmente ni indemnización, ni el reconocimiento de despido improcedente, ni compensación alguna por daños y perjuicios. Todas sus reclamaciones fueron desestimadas.