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Clarissa, antigua maestra de Primaria, elige educar a sus hijos en casa: el sistema escolar “no era lo ideal”

Este modelo educativo creció especialmente a raíz de la pandemia.

Clarissa Valentine, con sus hijos
Clarissa Valentine, con sus hijos |Clarissa Valentine cedida a 'SBS News'
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:
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La pandemia no solo cambió muchos de nuestros hábitos, sino que afectó de pleno al ámbito laboral y escolar. De hecho, ha sido uno de los motivos por el que, en algunos países, ha aumentado la decisión de educar a los hijos en casa. Una opción que, curiosamente, ha defendido una antigua maestra de Primaria.

Se trata de Clarissa Valentine, natural y residente de Australia, donde se está viendo especialmente cómo está creciendo este modelo de educación. Clarissa, en un principio, empezó a llevar a sus gemelos a la escuela, matriculándolos cuando tenían 6 años, pero a raíz del COVID-19, optó por trasladarnos a casa y mudarse a Queensland, el estado australiano donde más ha aumentado la educación en casa.

En su caso, también se animó a educar a sus propios hijos por la obligación de vacunación en las escuelas, ya que no estaba de acuerdo con el hecho de que algunos conocidos hubieran perdido su puesto de trabajo por negarse a vacunarse: “no me parecía bien meter a mis hijos en ese sistema”, asegura a ‘SBS News’.

Clarissa también explica que, a medida que los hábitos y las rutinas diarias cambiaban durante la pandemia, reflexionaba sobre su estilo de vida familiar, decidiendo que el sistema escolar “no era lo ideal” y que “podía hacerlo de otra manera”. “Nada es perfecto y el sistema educativo no lo es, pero creo que apartarse de él te permite dar un paso atrás y ver un poco la realidad de lo que está ocurriendo”, declara.

La atención especializada, una de las ventajas

La doctora Rebecca English, profesora titular de educación en la Universidad Tecnológica de Queensland, afirma al citado medio que, si bien los índices de educación en casa habían ido aumentando lentamente antes del COVID-19, las cifras se dispararon al inicio de la pandemia. Esto permitió a los padres profundizar en este sistema, observando que los niños neurodiversos se desenvolvían mejor en este entorno de aprendizaje.

Es el caso de Danika y Joel, residentes en Sunshine Coast, que decidieron recurrir a la educación en casa para su hijo Ben, de ocho años, después de que el rechazo a la escuela y la ansiedad de este llegaran a un punto crítico.

“Fue algo que decidimos como familia por la salud mental de Ben, era una mejor opción intentar la educación en casa sólo por cómo le hacía sentir la escuela”, aseguran, explicando que llegaba a casa llorando mientras les expresaba a diario que la escuela no era para él. “Era un niño al que le habían roto el corazón, le habían apagado la chispa, y no era culpa del colegio, sino de la cantidad de cosas que tenía que soportar un ser humano tan pequeño”, explican sus padres, que manifiestan que luego fueron “quitando capas” y “el aspecto neurodiverso en una escuela ordinaria era bastante abrumador”.

Tras ello, a Ben le diagnosticaron TDAH, lo que, según Danika, contribuyó a su rechazo escolar. Esta también afirma que no culpa a la escuela ni a los profesores, sino que los recursos de las escuelas públicas no están diseñados para ayudar a todos los niños, especialmente a los neurodiversos.

“Pensamos: ¿Qué está pasando en el entorno escolar para que se sienta así? Pero no había ningún incidente en particular. Simplemente, no se sentía seguro mentalmente”, explica.

Mayor flexibilidad y personalización 

Otra de las ventajas que se defiende de la educación en casa es la flexibilidad y personalización que brinda a las familias. Clarissa, en su caso, destaca el tiempo que comparte con sus hijos. “Me permite pasar tiempo de calidad con mis hijos todos los días, y realmente he visto los beneficios de eso en términos de nuestra cercanía y nuestra relación, que es hermosa”, aclara.

En este sentido, asegura que su familia ahora se siente parte de una “comunidad más grande” y que “es bonito poder salir al mundo y hablar con gente diferente. Cada lugar al que vamos es una oportunidad de aprendizaje”, concluye.