El sur de Europa sufre especialmente las duras secuelas de la inflación, asolados por la pérdida del poder adquisitivo consecuente del alza generalizada de precios en productos y servicios básicos desde prácticamente finales del verano de 2021. Concretamente, España es el país que sale peor parado, solo por detrás de otro compañero mediterráneo: Grecia.
Según los datos publicados ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ambas naciones se encuentran en pérdidas de -6,9% en el caso de Grecia y de -4,4% en el caso de España. Detrás de ellos se puede encontrar a Italia (-3,2%) y Reino Unido (-2,9%).
El conjunto de los países de la OCDE, los países desarrollados, se encuentra en un -2,3%. El poder adquisitivo de los ciudadanos de Estados Unidos y Japón se encuentra incluso por debajo de la OCDE, con un -0,7% en el caso de los americanos y un -0,3% por parte de los nipones.
Por qué España pierde poder adquisitivo
"La fuerza del mercado laboral generó escasez de mano de obra en los sectores del turismo, la agricultura, la construcción y la tecnología. Esto contribuyó al aumento de los salarios nominales en 2021, pero en un contexto de aceleración de la inflación no fue suficiente para proteger el poder adquisitivo", concreta el informe de la organización. Asimismo, señala al paro juvenil, que ha superado incluso los niveles prepandemia.
Al hilo de esto, "el crecimiento de los salarios reales en España cayó bruscamente en 2021 y se prevé que siga cayendo un 4,4% en 2022", continúa indicando. "Esto representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos, y un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los precios al consumo en España siguen subiendo a niveles máximos históricos", concluye.
¿Qué es el salario real?
Estos porcentajes que brinda la OCDE hacen referencia al salario real. Es decir, una vez descontado el nivel de precios actual. Así, se muestra la cantidad de bienes y servicios que los trabajadores pueden adquirir con la remuneración que perciben. Por tanto, España es una de las líderes en pérdida de poder de compra.
La inflación llegó hasta el 10,5% en agosto, por lo que la inflación media del año se situó en el 9% en lo que va de año. Mientras, los salarios se mantienen congelados, a pesar de los intentos de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. Ahora, su esfuerzo se centra en topar los precios de distintos productos básicos para que ese precio recaiga en las empresas y no en los consumidores.
Los hogares vulnerables, los más perjudicados
"El impacto del aumento de la inflación en los ingresos reales es mayor para los hogares con menores ingresos que ya han soportado el peso de la crisis de la COVID-19. De hecho, el aumento del gasto resultante de las recientes variaciones de los precios de los alimentos y la energía representa una proporción mayor de la renta real de los hogares con menores ingresos, y estos hogares tienen un margen limitado para compensarlo recurriendo a los ahorros o reduciendo los gastos discrecionales", señala la OCDE.
El Organismo recomienda como solución "transferencias" directas para familias y empresas vulnerables e intervenciones específicas y rentables, más allá de atacar los impuestos, como se viene haciendo.
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