Cuando se vive de alquiler, una de las dudas más frecuentes que le surgen tanto a inquilinos como a caseros es quién tiene que pagar los arreglos de los desperfectos que se ocasionan en la vivienda. Es decir, quién tiene que pintar o pagar la reparación si se rompe la lavadora.
La respuesta es que depende, y es que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), establece en su artículo 21 lo siguiente en lo relativo a los gastos de conservación de la vivienda:
- El casero tiene que pagar “todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido, salvo cuando el deterioro de cuya reparación se trate sea imputable al arrendatario”.
- El inquilino debe hacerse cargo de las “pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda”.
En este sentido se entiende que en el caso de un electrodoméstico, si es por el desgaste hecho por el inquilino, debería pagarlo él, pero ¿es así en todos los casos? ¿Qué pasa si se trata de un aparato que lleva en la vivienda muchos más años que el inquilino alquilado?
Quién paga el arreglo de los electrodomésticos que llevan en la vivienda más tiempo que el inquilino alquilado
Ya que lo más habitual es que cuando un inquilino se instala en una vivienda de alquiler los electrodomésticos no sean a estrenar, a muchos les surge esta duda respecto al pago de las reparaciones.
Así se lo han hecho saber al abogado experto en alquileres, Alberto Sánchez, a través de sus redes sociales ‘LegalMente’ en las que le hacían una consulta sobre este caso en particular.
Sánchez aclara que, cuando al entrar en la vivienda alguno de los electrodomésticos es antiguo y se estropea, el inquilino no tendrá que pagar por el desgaste ocasionado. Lo pone más claro con un ejemplo “si entras en una casa que tiene una lavadora de 10, 12, 15 años y se estropea, aunque haya sido por el desgaste, no ha sido por tu desgaste, sino el desgaste que ya llevaba ese electrodoméstico”.
Por este motivo, será el casero quien tenga que hacerse cargo de pagar la reparación del electrodoméstico, sin repercutir nada al inquilino.
