La Seguridad Social despide a un trabajador: le impide pagar más cuotas y le obliga a jubilarse

Un autónomo de Salamanca que lleva desde los 14 años en la hostelería acaba de recibir un mensaje de la Seguridad Social donde le impide pagar más cuotas y le obliga a jubilarse. Así ha conseguido ‘ser despedido’.

Oficina del Instituto Nacional de la Seguridad Social
Las razones de la Seguridad Social para que un hostelero no pague más cuotas. Archivo
Isabel Gómez

¿Puede la Seguridad Social ‘despedirte’ si llevas muchos años cotizados? Aunque parezca mentira, parece ser que sí. O algo parecido le ha ocurrido a un hostelero de Salamanca que lleva en el negocio desde los 14 años. Es la historia de José Ros, quien cumplió 65 años el pasado junio y recibió un mensaje de dicha administración que lo dejó asombrado.

Como informan desde El Correo, este trabajador autónomo recibió una carta del Instituto Nacional de la Seguridad Social que le exoneraba de cotizar más. Ros lo explica asó: “Tengo 50 años cotizados y la Seguridad Social me ha dicho que ya no pague más”. Pero, ¿cómo llegó el hostelero a este punto?

José lleva desde los 14 años sabiendo lo que es la cara al público y la atención al cliente, desde ese momento y hasta el día de hoy lleva trabajando detrás de una barra. Ahora que ha cumplido la edad permitirá para jubilarse, no quiere acogerse a ninguna jubilación demorada.

Primero trabajado por cuenta ajena y, posteriormente, como autónomo propietario. Si sigue dentro del mercado laboral, no solo no deberá abonar las cuotas, sino que se recompensara con unas bonificaciones por esa demora. “Un año más estaré porque disfruto de esto, pero tengo que hablarlo con mi mujer. Ella no está acostumbrada a que esté en casa y me hará ir al monte todos los días, cosa que no quiero”, apunta con humor Ros al citado medio.

Cómo llego el hostelero a tener 50 años cotizados a la Seguridad Social

Todo comenzó cuando sus padres se instalaron en Salamanca cuando él tenía 14 años. Un poco rebelde, como cualquier adolescente, terminó colocándose por una vecina a trabajar en un bar. Al poco tiempo, pasó a otro “que se daba los domingos libres” y en el que prestó servicio durante 22 años como asalariado junto a su hermano Paco. 

Hasta que llegó el año 94 y el dueño del negocio donde trabajaba se jubiló. Fue cuando decidió dar el salto y fundar el negocio ‘casa’ que dirige hasta el momento, Taberna Dos. “No cobramos ni finiquito, pasamos de un día para otro y el traspaso nos costó unos 60.000 euros. Lo veíamos duro, pero no imposible, conocíamos el negocio”.

En cuanto a la pregunta de cómo es su percepción de la hostelería actual, José responde contundente. “Nunca me ha importado echar horas de más, antes se cobraba más en ‘negro’ que en nómina. Lo que veo es que ahora los camareros trabajan delante de una barra para costearse viajes y los inmigrantes son los que más abundan en el sector. Nada nuevo, ya lo vi en Londres hace unos años”, explica el autónomo.

Las ventajas de acogerse a una jubilación demorada con 50 años cotizados

El dueño de la Taberna Dos explica que desde su gestoría ya le han avisado de las ventajas que tiene como beneficiario de una jubilación demorada. Desde julio disfruta de una ‘exoneración del pago de cotizaciones sociales’, solo abona un 1,56% por incapacidad temporal y un 1,3% por contingencias profesionales. Esto es porque ya tiene más de 65 años, más de 37 años y nueve meses cotizados y tiene derecho al 100% de la cuantía que le corresponda.

Otra ventaja será disfrutar de todos los incentivos de este tipo de jubilación. La Seguridad Social le permite recibir un incremento adicional del 4% de la pensión o un pago único, que sería de 7.000 u 8.000 euros al año por cada ejercicio que retrase el retiro laboral.

“Tengo todo pagado, los hijos tienen la vida organizada y yo estoy disfrutando de la libertad de jubilarme cuando quiera”, explica el hostelero.

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