Cuando un trabajador experimenta una enfermedad o sufre un accidente en el ámbito laboral, es común que solicite una baja laboral. Si, tras agotar el periodo máximo de dicha baja por incapacidad temporal, el trabajador sigue presentando limitaciones que le impiden desempeñar su profesión o cualquier otra, la Seguridad Social evaluará si la incapacidad ha dejado de ser temporal para convertirse en una incapacidad permanente.
Según la Seguridad Social la pensión por incapacidad permanente es una prestación económica que sirve para cubrir la pérdida de ingresos que sufre un trabajador cuando ve reducida o anulada su capacidad laboral ya sea por una enfermedad o accidente. Es decir, que tras el tratamiento médico, sigue presentando graves alteraciones anatómicas o funcionales, objetivamente determinables, que comprometen su capacidad para trabajar.
La Seguridad Social establece cuatro grados de incapacidad permanente según cómo afecten la capacidad laboral que son: parcial, total, absoluta y gran invalidez. El grado de incapacidad debe ser determinado por el Tribunal Médico, y para ello es necesario cumplir con ciertos requisitos.
Requisitos para pedir la pensión por incapacidad permanente
Para acceder a una incapacidad permanente es necesario estar dado de alta en la Seguridad Social o en una situación asimilada al alta y no haber alcanzado la edad de jubilación. Por otro lado, habrá que contar un periodo mínimo de cotización, salvo que la contingencia que deriva la enfermedad fuera por accidente de trabajo, accidente no laboral o enfermedad profesional. En este caso no es necesario acreditar un periodo mínimo de cotización.
Además de reunir estos requisitos, es necesario pasar por un tribunal médico conocido como Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI). Ellos son los encargados de valorar y decidir si le concede o deniega la pensión por incapacidad permanente y el grado de la misma. Durante este reconocimiento, el Tribunal realizará una serie de preguntas, así como que la realización de una serie de ejercicios.
Enfermedades para incapacidad permanente en 2024
La Seguridad Social no ofrece en su web ninguna lista oficial por las que una enfermedad o patología se le deba conceder una incapacidad permanente. Todo dependerá de lo que dictamine el Tribunal Médico, que es el responsable de valorar la incapacidad.
Para entenderlo mejor, una misma enfermedad puede ser incapacitante para una persona, pero no para otra, o incluso, una misma enfermedad puede determinar dos grados diferentes. Por ello, todo depende de la valoración del Tribunal Médico y de su juicio:
No obstante, abogados especialistas como Campmany Abogados han elaborado una serie de patologías que desde su experiencia han sido y son reconocidas como enfermedades que pueden dar origen a una incapacidad permanente:
- Agorafobia: Temor ante espacios abiertos.
- Albinismo: Deficiencia hereditaria de producción de melanina.
- Alzheimer: Enfermedad neurodegenerativa relacionada con la edad.
- Aniridia: Ausencia parcial o total del iris.
- Artritis Reumatoide: Inflamación de articulaciones y tejidos circundantes.
- Artrosis cervical: Lesión o degeneración del cartílago en la columna cervical.
- Ataxia: Falta de coordinación en movimientos voluntarios.
- Cáncer: Alteración genética de las células en los tejidos orgánicos.
- Cardiopatía Isquémica: Obstrucción de arterias que alimentan el corazón.
- Condromalacia Rotuliana: Inflamación y reblandecimiento del cartílago bajo la rótula.
- Depresión: Bajo estado de ánimo y alteraciones del comportamiento.
- Diabetes: Altos niveles de glucosa en sangre.
- Distimia: Trastorno depresivo de menor severidad.
- Distrofia de conos y bastones: Degeneración hereditaria de la retina.
- Enfermedad de Behçet: Inflamación de vasos sanguíneos.
- Enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa: Afecciones del tracto digestivo.
- Enfermedades hepáticas: Problemas de funcionamiento del hígado.
- Enfermedades renales: Afecciones que impactan a los nefrones.
- Epilepsia: Alteraciones en la actividad cerebral que provocan convulsiones.
- EPOC: Inflamación crónica pulmonar que obstruye el flujo de aire.
- Esclerosis Múltiple: Afección neurológica del Sistema Nervioso Central.
- Espondilitis anquilosante: Forma crónica de artritis.
- Espondilosis degenerativa: Degeneración progresiva de los discos intervertebrales.
- Esquizofrenia: Interpretación anormal de la realidad.
- Estenosis foraminal: Estrechamiento de espacios en la columna que presiona la médula y raíces nerviosas.
- Fibromialgia: Dolor crónico generalizado y fatiga.
- Fibrosis quística: Daño a pulmones, sistema digestivo y otros órganos.
- Hernia discal: Afección en los discos entre las vértebras de la espina dorsal.
- Ictus: Alteración repentina de la circulación sanguínea al cerebro.
- Lesión medular: Daños en la médula espinal por traumatismos o enfermedades.
- Lumbalgia crónica: Dolor lumbar persistente por más de tres meses.
- Lupus: Enfermedad autoinmune que ataca células y tejidos sanos.
- Maculopatía: Daño en la mácula, causando pérdida de visión central.
- Miopía Magna: Alargamiento excesivo del globo ocular y adelgazamiento de la retina.
- Narcolepsia: Somnolencia extrema y ataques repentinos de sueño.
- Neuropatía cubital: Compresión del nervio cubital en el codo.
- Postpolio: Efectos tardíos de la enfermedad neurológica causada por el virus de la polio.
- Radiculopatía Lumbar: Compresión o inflamación de una raíz nerviosa en la zona lumbar.
- Retinopatía diabética: Afección ocular derivada de la diabetes.
- Retinosis pigmentaria: Problemas retinianos que alteran la respuesta a la luz.
- Rizartrosis: Degeneración de la articulación del dedo pulgar con la muñeca.
- Síndrome de Ménière: Trastorno del oído interno.
- Síndrome de Sjögren: Ataque inmunológico a glándulas productoras de humedad.
- Síndrome de Südeck: Dolencia multisintomática que afecta principalmente extremidades.
- Síndrome de Tourette: Movimientos y sonidos repetidos involuntarios.
- Síndrome del túnel carpiano: Presión sobre el nervio mediano de la mano.
- Síndrome subacromial: Lesión por sobreuso del hombro.
- Siringomielia y Síndrome de Arnold Chiari: Acumulación de líquido en la médula y malformación craneal, respectivamente.
- Stargardt: Acumulación de materia grasa en la mácula ocular.
- Trastorno Adaptativo Mixto: Síntomas ansiosos y depresivos causados por factores estresantes.
- Trastorno bipolar: Cambios extremos en el estado de ánimo.
- Trastorno de ansiedad: Ansiedad persistente que puede empeorar con el tiempo e interferir con actividades diarias.
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