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El Gobierno lucha contra la brecha de género en las pensiones pero 'condena' a las mujeres a cobrar hasta un 30% menos

Elma Saiz recurre a la ciencia para justificar la falta de resultados rápidos: “Hemos hecho mucho, pero el impacto tardará años en notarse”. La brecha salarial apenas baja y sigue determinando el futuro de las jubiladas.

La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz |EFE
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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Cobrar una pensión de jubilación en España sigue siendo un castigo para las mujeres. La diferencia entre lo que reciben ellas y ellos puede alcanzar el 30%, según la propia experta en Seguridad Social, Cristina Aragón. Y lo peor: el Gobierno admite que revertir esta brecha llevará años, pese a las políticas aplicadas y a la subida del Salario Mínimo Interprofesional.

Así lo ha reconocido la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, tras reunirse con Aragón en el marco del ciclo “Café con la Ciencia”, un formato lanzado por el Ministerio para acercar el conocimiento científico a la toma de decisiones. “Hemos hecho muchas cosas en los últimos años y bien dirigidas, pero su impacto va a tardar tiempo en notarse”, ha subrayado la profesora de la UNED, en un mensaje claro: el tiempo corre en contra de las mujeres que se jubilan ahora.

La raíz del problema está en el salario: “Lo que ocurre en el mercado de trabajo tiene consecuencias muy marcadas en las prestaciones”, advierte Aragón. Las mujeres cotizan menos años, suelen trabajar por bases de cotización más bajas y tienen menos acceso a complementos salariales. ¿La consecuencia? Sus prestaciones contributivas son menores y, cuando acceden a la jubilación, lo hacen con pensiones que, de media, no superan el 70% de lo que cobran los hombres.

“Las causas de la brecha salarial son muchas”, explica la experta. “Las mujeres realizan menos horas de trabajo por las reducciones de jornada y porque asumen los cuidados familiares. Cobran menos en complementos y la negociación colectiva ha favorecido a los hombres durante años”. A esto se suma que, en las familias, si alguien debe dejar de trabajar, suele ser quien menos cobra: “La propia brecha salarial se retroalimenta. Si en una pareja uno tiene que dejar de trabajar, lo hará el que menos cobra, que es la mujer”.

El relato institucional habla de avances. Aragón reconoce que, tras una década de estancamiento en la brecha salarial (22% entre 2008 y 2018), la distancia se ha reducido al 15% desde 2018, un avance relacionado directamente con la subida del SMI. Pero, según los propios datos del Ministerio, en 2019, el 26% de las mujeres cobraban entre 0 y 1 veces el SMI, frente al 11% de los hombres. La mejora, aunque real, es lenta y no compensa los años de desigualdad acumulada.

Elma Saiz insiste en la importancia del asesoramiento científico: “No debemos ser compartimentos estancos. Abrirnos al conocimiento nos enriquece y enriquece nuestra toma de decisiones”, declara la ministra, que admite que “en un tema como la brecha de género, la innovación basada en evidencia científica es imprescindible”.

Lo que no dice el Ministerio es cuántas mujeres seguirán condenadas a pensiones de miseria durante la próxima década. No hay cifras sobre el número de afectadas ni proyecciones de cuándo se igualarán realmente las condiciones. Tampoco hay nuevos anuncios concretos más allá del compromiso de escuchar a los expertos.