En España, heredar tiene un coste. El Impuesto de Sucesiones en Castilla-La Mancha hace frente a la transferencia tanto de bienes como de derechos entre personas. Es decir, es lo que tienes que pagar por incrementar tu patrimonio derivado de herencias. La cuantía se calcula en base al valor neto del patrimonio de la persona fallecida. A los activos hay que restarles las deudas y los gastos.
El Impuesto de Sucesiones es competencia de las propias comunidades autónomas, por lo que hay diferencias dependiendo de si heredas en Andalucía, en Aragón, o en cualquier otro lugar de España. Algunas tienen un coste simbólico, porque se pueden aplicar bonificaciones para un alivio fiscal. En Castilla-La Mancha ronda entre el 7,65% y el 34%, dependiendo del valor. Estos son todos los detalles y los descuentos a los que pueden acogerse los herederos en función del grado de parentesco.
¿Cuánto hay que pagar por el Impuesto de Sucesiones en Castilla-La Mancha?
En Castilla La-Mancha hay que pagar por el Impuesto de Sucesiones desde el 7,65% hasta el 34% dependiendo del valor neto de lo que se haya heredado, y también del parentesco con la persona fallecida. Como hemos comentado anteriormente, su competencia es del Gobierno de Castilla-La Mancha. En esta comunidad autónoma hay importantes reducciones sobre la base imponible.
Los cónyuges, descendientes directos y ascendientes pueden beneficiarse de bonificaciones más altas, si comparamos con otros familiares como sobrinos, tíos o hermanos.
Bonificaciones que pueden aplicarse los herederos en Castilla-La Mancha
Según cuál sea el valor neto de la herencia, los cónyuges, ascendientes y descendientes pueden aplicar bonificaciones en esta cuota tributaria, según cuál sea el valor de lo que se ha heredado. Estas son las cantidades:
- Inferiores a 175.000 euros: 100%.
- Superiores a 175.000 euros: 95%.
- Iguales o superiores a 225.000 euros: 90%.
- Más de 275.000 euros: 85%.
- De 300.000 euros: 80%.
Casos especiales en los que pueden librarse del Impuesto de Sucesiones
Hay casos especiales en los que se puede estar exento de pagar el Impuesto de Sucesiones en Castilla-La Mancha.
- Si la herencia incluye la vivienda habitual, se puede estar exento de pagar hasta cierto límite.
- Reducciones por discapacidad: si el heredero tiene entre el 33 y el 65% de discapacidad, la reducción es de 125.000 euros. Si es superior al 65%, la reducción es de 225.000 euros. Estas son aplicadas de manera adicional a otras que también puedan corresponderle al heredero.
- Familias numerosas: el porcentaje varía en función del número de hijos que tengan y de la edad de estos. Pero, normalmente, las reducciones del gravamen son muy significativas en estos casos.
- Jóvenes menores de 21 años: también tiene bonificaciones muy altas. Ayuda a la transmisión del patrimonio familiar a los más jóvenes.
Herederos de empresas individuales, negocios profesionales y participaciones en entidades
La reducción en Castilla-La Mancha para los que hereden empresas individuales, negocios o participaciones en entidades es del 4% de su valor neto, una vez que se calculen las deudas y los gastos. Cabe destacar que es compatible con la reducción del 95% que establece la Ley estatal.
Los requisitos para poder beneficiarse de ellos son:
- Tener el domicilio fiscal en Castilla-La Mancha.
- Mantener el domicilio fiscal en la comunidad autónoma durante, al menos, los cinco años posteriores al fallecimiento.
- Pueden beneficiarse de ella el cónyuge o los descendientes del difunto. También pueden ser, en su defecto, los ascendientes, adoptantes y colaterales hasta el tercer grado.
- Debe permanecer en el patrimonio del heredero al menos en los cinco años siguientes a la muerte.
Cómo se liquida el Impuesto de Sucesiones en Castilla-La Mancha
Para pagar el Impuesto de Sucesiones en Castilla-La Mancha, los herederos tienen que presentar el Modelo 650. Ahí se calcula y se detalla la cantidad que tendrán que pagarle a Hacienda.
El periodo máximo es de seis meses desde que se produjo el fallecimiento. Si el resultado de esta autoliquidación es cero o negativo, no hay que pagar nada. Si resulta positivo, hay que ingresarle a la Hacienda Pública lo que corresponda.
Sanciones por no pagar
Las personas que no lo paguen, o que lo hagan tarde, tendrán que hacer frente a intereses en la demora y multas. Estos intereses son calculados en función de la cuota de lo que no se ha ingresado, y se aplican desde que terminó el plazo hasta su regularización. Se basa en la tasa anual fijada en los Presupuestos Generales del Estado.
Las sanciones por no pagar oscilan entre el 50% y el 150% de la cuota, y depende de la gravedad y la ocultación de información. Cuando el sujeto pasivo acepta la regularización y paga voluntariamente dentro del plazo estipulado, pueden reducirse.
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