Uno de los temas que más polémica genera entre empresarios y trabajadores es cuánto cuesta realmente un trabajador. Aunque para muchos empleados lo que más interesa es saber su sueldo neto, es decir, lo que van a cobrar de nómina cada mes, la realidad es que la empresa asume un gasto mucho mayor por cada contrato. Así lo ha explicado el abogado laboralista Ignacio de la Calzada, más conocido en redes sociales como Un tío legal (@un_tio_legal_), quien ha explicado en un video cuánto cuesta realmente un trabajador entre salarios e impuestos.
Tal y como explica, “a una empresa, un trabajador que cobre 1.640 euros netos le cuesta más de 3.000 euros”. Esto significa que, aproximadamente, un 50% de la remuneración total se pierde en impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social.
¿Qué paga el trabajador y qué paga la empresa?
De la Calzada explica que el salario que figura en el convenio colectivo o en el contrato es un salario bruto, pero este no coincide con lo que finalmente recibe el empleado, ya que del bruto hay que descontar las denominadas deducciones de la nómina.
Entre estas se encuentra las cotizaciones a la Seguridad Social, que se sitúa entre el 6,5% o 7% del salario bruto y por otro lado, la retención del IRPF, que varía según la cuantía del sueldo, la situación personal y familiar del trabajador. Estas retenciones son las que marca la diferencia entre lo que se conoce como salario bruto y neto.
Pero la carga no se queda ahí, pues la empresa también debe aportar un porcentaje adicional que ronda el 35% del salario bruto en cotizaciones sociales. A ello se suman otros gastos indirectos, como la gestión de nóminas, la contratación de servicios de prevención de riesgos laborales o de vigilancia de la salud.
“Con lo que da tu sueldo, tu empresa va a pagar un 35% adicional a la Seguridad Social. Esto es totalmente cierto, os lo digo como abogado y como empresario”, afirma el influencer laboralista.
Una diferencia de más de 1.000 euros
El cálculo que plantea De la Calzada evidencia que, entre lo que paga el trabajador y lo que desembolsa la empresa, la diferencia puede superar los 1.000 euros mensuales. En su ejemplo, frente a los 1.640 euros netos que recibe el empleado, la empresa soporta un coste superior a 3.000 euros.
¿Es mucho o poco? El abogado prefiere no entrar en valoraciones, pero lanza un mensaje claro: tanto empresas como trabajadores “pagamos bastantes impuestos” y la verdadera cuestión es cómo se destinan esos recursos públicos.
“Coge tu nómina, mira el coste de empresa y mira lo que te llega a ti, y verás que todos pagamos bastante”, concluye De la Calzada, abriendo el debate sobre la fiscalidad del trabajo en España.

