Que varios hermanos reciban en herencia la vivienda familiar es de lo más común. Una vez aceptada, toca decidir qué hacer con la casa. Muchas veces la opción es venderla, pero ¿qué pasa si uno no quiere? ¿Pueden el resto de hermanos obligarle?
La regla general es que para vender una vivienda, todos los propietarios deben estar de acuerdo. Sin embargo, existe un caso en el que los herederos pueden obligar a otro a vender y es cuando se ejercita la acción de división ante los tribunales, según explica el Consejo General del Notariado a través de su web.
Este proceso suele terminar en subasta del inmueble y con el reparto del dinero entre los herederos. No obstante, antes de llegar a dicha vía, los herederos tienen otras alternativas con las que evitar el juicio.
Qué hacer si uno de los hermanos no quiere vender la vivienda heredada
Cuando los herederos no se ponen de acuerdo a la hora de decidir que hacer con la vivienda o uno de ellos no quiere vender, pueden plantearse diferentes alternativas.
1) Que el hermano que no quiere vender se quede con la vivienda
En este caso, el hermano que no quiera vender podrá quedarse con la casa pagando al resto su parte del precio que les corresponda, tal y como recoge el artículo 1.062 del Código Civil.
Ahora bien, debe tenerse en cuenta que este mismo artículo establece que: el mismo precepto permite que con que uno solo pida la subasta pública, esta se lleve a cabo.
2) Conciliación entre herederos (mediación)
La Ley de Jurisdicción Voluntaria (art. 139.1) permite acudir a conciliación para intentar un acuerdo y evitar juicio.
Esta conciliación puede acabar de tres formas:
- Con acuerdo y cumplimiento voluntario de todos los herederos.
- Con acuerdo que no se cumple, debiendo pedirse su ejecución judicial.
- Sin acuerdo, teniendo que acudir a juicio.
3) Subasta voluntaria
En el caso de que todos los hermanos quieran vender la casa, pero no se pongan de acuerdo en el precio al que hacerlo, pueden solicitar una subasta voluntaria.
Para ello deberán presentar una solicitud en el Juzgado con el valor de tasación. Una vez realizado en la subasta, la vivienda puede adjudicarse al precio fijado o quedar por debajo, pudiendo los herederos decidir si parar la subasta o aceptar la mejor oferta.
4) Venta proindiviso
Los herederos que sí desean vender pueden transmitir su parte a un tercero para que sea titular de la parte proindivisa que les corresponda. Esto suele hacerse a través de empresas que se dedican a la compra de participaciones indivisas y, aunque suele implicar rebaja en el precio, aporta liquidez y evita el pleito.
