La inflación también alcanza a las herencias. Entre las notables consecuencias del alza generalizada de precios, con el IPC encadenando su segundo mes de incremento y alcanzando el 6% oficialmente en febrero, también se encuentra la dificultad para hacer frente a todos los gastos que deben satisfacerse para cumplimentar el proceso. Aunque este no es el único motivo.
Tal y como avanza el Consejo General del Notariado (CGN), cerca de 55.500 personas rechazaron el derecho a herencia que les correspondía por ley de los 356.705 títulos sucesorios que se tramitaron en el territorio nacional. Una cifra que supone que la tasa anual se incremente hasta el 15,6 %. Aunque esta es mayor en Madrid, Cataluña y Andalucía, donde llega a moverse en una horquilla entre entre el 14% y 20,5%.
Los efectos de la inflación en las herencias
Se aprecia “una desaceleración general del fenómeno sucesorio”, indica la portavoz del CGN, María Teresa Barea, sobre los números que ofrece el organismo y las 365.897 adjudicaciones que se tramitaron en 2021 en comparación con las del 2022. Las estadísticas reafirman, por tanto, la progresiva normalización tras la ola de fallecimientos de la pandemia de la COVID-19 y la consecuente proliferación de las herencias.
Sin embargo, desde el organismo puntualizan, asimismo, que estas 55.500 renuncias no son herencias rechazadas en sí de forma individual, si no que representan al número de personas que han dicho ‘no’. Hay que recordar que lo más habitual es que las herencias recaigan sobre más de una persona.
Causas del rechazo de una herencia
La predominancia del pasivo sobre el activo es señalado como el primero motivo para rechazar la transmisión. El potencial heredero se encuentra con que existe más deuda que satisfacer que herencia neta positiva, por lo que acaba por decir ‘no’. Un supuesto que cobra más relevancia en época de crisis económica como la actual.
“Todavía estamos viendo las consecuencias de la crisis sanitaria y económica del Covid-19. Es de suponer que incluso en 2024 y 2025 sigan viéndose porcentajes de renuncias elevados”, continúa explicando Barea. Al económico también se le añaden otros motivos como los dos o tres años sobre los que se suele demorar el proceso adjudicatorio o los motivos personales. Algunos familiares, por el hecho de tener poca relación con el difunto, deciden también rechazarlo.
Aunque el del alto número de impuestos es el otro motivo rey, al entrar en juego impuestos como el de Sucesiones o las plusvalías municipales que incrementan el coste para cumplimentar el proceso y dificultarlo para los que no poseen liquidez en ese instante.
El truco para aceptar una herencia
El CGN, ante la proliferación de esta tendencia, insta a acogerse a la “aceptación a beneficio de inventario”, que permite dejar en ‘stand by’ el patrimonio antes de que se le reste el importe de una posible deuda. Una fórmula en la que el heredero responde al pasivo -si lo hubiera- con el activo y que es útil en las ‘herencias grises’, en las que se desconoce lo que hay.
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