Los expertos del Banco de España coinciden en que el nivel de consumo no se corresponderá con el del ahorro acumulado durante los últimos años en este 2023. El organismo presidido por Pablo Hernández de Cos habla de que “en la balsa que se formó en la pandemia”, que catapultó considerablemente el buen comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2022, se cifran todavía en 50.000 etiquetados como depósitos bancarios.
Sin embargo, la institución afirma que “no cabe esperar que esta bolsa de ahorro proporcione un impulso muy significativo al consumo en los próximos trimestres”. Todo ello a pesar de que esa cuantía ha resistido a los coletazos del panorama económico y financiero, como la guerra en Ucrania o el endurecimiento de los tipos de interés. El Banco de España señala como culpable a su homólogo continental, el Banco Central Europeo (BCE), y sus consecutivas subidas de tipos de interés.
Según el informe elaborado por el BdE, esos niveles de sobreahorros recolectados durante el confinamiento no lo hizo en la intensidad en la que se esperaba, ni tampoco se espera que lo haga en lo que queda de año. La abrupta vuelta a la actividad tras la pandemia y todos sus condicionantes posteriores ‘secaron’ esa balsa, limitando la expectativa de consumo de bienes y servicios para las empresas.
Seguridad financiera, la opción prioritaria
La generalidad de la ciudadanía decidió invertir mayoritariamente esos ahorros extraordinarios en fondos de inversión, depósitos bancarios, la compra de vivienda y el pago de deudas hipotecarias. Concretamente, el 80% de la renta acumulada entre principios de 2020 y finales de 2022 se reinvirtió en productos financieros. Destaca que en 2021, el mayor caudal de estos fuera a parar a formación bruta de capital (lo que incluye la compra y rehabilitación de vivienda) y al pago de los préstamos hipotecarios.
Ricos más ricos y pobres más pobres
Es la principal consecuencia que señala el estudio del BdE. El punto de inflexión, las subidas de los tipos de interés del BCE, frenó la inversión en vivienda que se puso de moda con esos ahorros extra y la renta que se empezaba a recuperar tras la llegada del coronavirus. La compraventa de vivienda aumentó un 14,7% en 2022, acercándose a su mejor marca en quince años.
Ese pequeño tiempo de bonanza provocó que la riqueza media de los españoles creciera un 8,5% por la revalorización, en torno a un 14%, de los bienes inmueble. Sin embargo, como se detalla, los más acomodados económicamente acabaron resultando los que tuvieron mayores facilidades para amasar ese dinero de más.
Casi el 75% de los recursos adicionales generados entre 2020 y 2022 están en las carteras de las rentas más elevadas, según las estimaciones del Programa de Estabilidad del Gobierno. Por el contrario, se indica que las más bajas no pudieron acumular ahorro hasta 2021.
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