Tener vistas al mar, es un lujo por los que muchos pagan más dinero cuando deciden comprar una casa, pero este privilegio puede desaparecer de la noche a la mañana. Es justo lo que le ha pasado a una vecina británica que asegura haber perdido hasta 57.000 euros del valor de su vivienda por la construcción de un muro de hormigón de 2,4 metros frente a su ventana que le tapa todas vistas.
Según la propia afectada explicó en el medio ‘The Sun’, su apartamento se sitúa en un primer piso con un balcón y vistas a la bahía y llevaba más de 10 años disfrutado de las mismas hasta que comenzaron las obras de un nuevo edificio de apartamentos que se empezó a construir en un antiguo aparcamiento municipal.
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La promotora del residencial levantó un muro para dar privacidad a una nueva terraza en la azotea del edificio, pero lo hizo sin los planos aprobados y a pesar de que el ayuntamiento había pedido detener las obras. “Hace unos dos meses instalaron los soportes frente a nuestra casa. Pregunté para qué eran y me dijeron que para un muro. Les dije que no había permiso de obra para eso. El constructor admitió que solo seguían órdenes, pero lo denuncié al ayuntamiento”, explicó. Aun así, la promotora siguió adelante y el muro, a solo seis metros de su casa, ha bloqueado completamente la luz, la ventilación y, sobre todo, la vista al mar.
Pérdida de privacidad y de dinero
Más allá de la pérdida de vistas, la vecina aclaró en la entrevista que la construcción del muro ha supuesto una pérdida de privacidad. “Durante todo el verano, los constructores han estado mirando por nuestras ventanas, incluso a las 7:15 de la mañana, cuando desayuno con mis hijos”, afirmó. Además, el humo de cigarrillos y barbacoas entra directamente a su casa, lo que les obliga a mantener puertas y ventanas cerradas incluso en días calurosos. “Nos sentimos como si viviéramos en una pecera desde que empezó este desarrollo”, explicó con resignación.
Ante esta situación, se planteó vender su vivienda, pero agentes inmobiliarios le confirmaron que las obras del edificio vecino habían reducido el valor de la propiedad en unos 57.000 euros, por lo que la venta no sería viable. “Nos gustaría mudarnos, pero estamos atrapados aquí”, aseguró
Tanto ella como otros 1.500 vecinos se opusieron a la construcción desde un inicio, pero el proyecto fue aprobado. Desde la promotora explicaron que “nadie tiene derecho legal a conservar sus vistas”, y defendieron que el nuevo complejo “mejorará el área y hará subir los precios”.
Para la mujer la realidad es muy distinta. “Nos han quitado todo lo que hacía especial nuestra casa. Ya no tenemos vistas, ni privacidad, ni tranquilidad. Y encima, no podemos irnos”.