Una jubilada de 77 años, Sharon Lane, dio un giro radical a su vida al abandonar la residencia de ancianos donde vivía y vender su casa, para instalarse en un crucero con el que ahora recorre el mundo. Esta mujer estadounidense ha estado ya en varios países, cansada de la rutina de la residencia de mayores donde “todos los días hacíamos lo mismo”. Como ha asegurado en varias entrevistas, como la que ha concedido a la revista CNN, “estoy viviendo una experiencia apasionante, llena de nuevos desafíos”.
Cuando estaba en la residencia de ancianos, sentía que nada de lo que hacía o veía era para ella. Ahora, cuando echa la vista atrás desde la borda de su enorme barco, piensa que las actividades se habían vuelto cotidianas y aburridas. “Pasé dos años allí, pero mientras buscaba otro sitio donde ir porque no era esa la vida que quería”. Porque los mayores, al llegar el momento de la jubilación, siempre piensan dónde será mejor la calidad de vida, y el coste más barato, como le sucedió a una mujer de 74 años que decidió jubilarse en España en lugar de en Gran Bretaña.
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Tomó la decisión rápidamente, aunque valorando los pros y los contras. No eran unas vacaciones, estar en el crucero iba a suponer un cambio de vida. “He logrado la meta que buscaba desde hace años”, ha señalado la mujer de 77 años.
Paga 1.250 euros al mes por vivir a bordo
Reservar un camarote a bordo de esta espectacular vivienda flotante es lo primero que hay que hacer. En este caso, como señala Lane a Ouest-France, le costó 80.000 euros de pago inicial. Eso sí, con ese dinero se aseguraba no perder su habitación durante 15 años. Luego, todos los meses paga 1.250 euros de su pensión (2.000 dólares). La cuota incluye tanto la comida, como la bebida, limpieza del camarote y las visitas médicas que necesite.
Aunque puede parecer caro, para esta anciana, vale mucho la pena. “Es más barato vivir en el mar que en una casa en la zona sur de California”, explica. Y ahora, cuando ha usado casi todos sus ahorros, reconoce que no se arrepiente porque el precio de la vivienda en Estados Unidos está comenzando a escalar a pesar de las propuestas del Gobierno por conseguir estabilizarlo.
El barco, que se llama Odyssey, es un espectacular crucero propiedad de Villa Vie, con quien firmó un contrato de alquiler para su nueva ‘vivienda’.
“Llamé y les pagué el mismo día”
La jubilada comenzó a entablar contactos con una empresa propietaria de varios cruceros que al final la dejó tirada. Por eso, cuando habló con Villa Vie, pagó inmediatamente, “me informé y les dí el dinero el mismo día”. Comenzó la aventura en 2024 cuando leyó un artículo en un medio local sobre el Odyssey. Quedó tan impresionada que empezó a pensar en la posibilidad de irse de la residencia y conseguir su sueño de viajar por el mundo.
En el mes de junio, casi en verano, la mujer se embarcó en San Diego y desde entonces comparte su experiencia con aproximadamente 500 personas de diferentes nacionalidades. Todos ellos siguen su mismo patrón: estaban casados y aburridos de la vida que llevaban y comenzaron una nueva aventura en el mar.
“Cuando compartes tu vida con personas que piensan como tú, todo se vuelve más sencillo”, ha señalado Lane. Lo que más le gusta es pasear por la cubierta y pasar el rato en su camarote, “es donde estoy en paz. Cuando hace bueno, salgo fuera, ahí respiras la brisa marina y, si quieres, puedes hablar con la gente o leer”.
Además,se olvida de lavar la ropa o hacer la compra, porque todo eso va incluido en el precio.