Los datos de empleo, en materia de crecimiento, contrastan con los datos de despidos. Si bien es cierto que se ha registrado una mejora de la contratación temporal, reduciéndose tras la entrada en vigor de la reforma laboral, se ha producido, paralelamente, un aumento de los despidos disciplinarios. Tal como recoge el Estatuto de los Trabajadores, este despido se ejecuta cuando se produce un incumplimiento grave por parte de trabajador.
Por ejemplo, por faltas repetidas e injustificadas de asistencia, desobediencia u ofensas verbales o físicas al empresario o al resto de los trabajadores. Un despido, pues, que solo se puede ejecutar en situaciones determinadas pero que ha registrado un gran aumento en el último año. Entre enero y julio de 2023, se han registrado 309.205 despidos disciplinarios.
Un registro que supone un aumento del 200% respecto a los mismos siete meses de 2021, antes de la aplicación de la reforma laboral. Tal como apuntan los datos de la Seguridad Social, en los siete primeros meses de 2023, solo durante el mes de abril se bajaron de los 40.000 despidos mensuales, de los que 37.696 se habían producido por motivos disciplinarios.
Indefinidos, blanco del despido disciplinario
De los 309.205 despidos disciplinarios registrados entre enero y julio de 2023, unos 280.877 fueron a empleados con un contrato indefinido. Esto es, el 90,8% de los despidos disciplinarios se realizaron a trabajadores fijos, lo que podría presentar al despido disciplinario como una vía para despedir a trabajadores con contratos indefinidos.
Si se cogen los mismos meses de 2022, el total de este tipo de despidos alcanza los 231.809, de los que el 76,6% eran trabajadores indefinidos y el 23,18%, temporales. Se ve, de nuevo, una prominencia de los contratos fijos, aunque esta habría aumentado notablemente este mismo año. Se puede ver, también, al compararlo con el mismo periodo de 2021, cuando se registraron 154.476. Entonces, los indefinidos supusieron un 69%, con 106.679 despidos disciplinarios.
Cabe recordar que una de las consecuencias del despido disciplinario es que no se tiene derecho a indemnización (sí se tendría a finiquito). Ya que se ha producido un incumplimiento grave por parte del empleado, la empresa no cuenta con la obligación de abonarla. Del mismo modo, es importante recordar que, en caso de no estar de acuerdo con el despido, se puede interponer una demanda ante el Juzgado de lo Social, con lo que se podría conseguir que el despido fuera declarado procedente, improcedente o nulo.
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