Es muy habitual que cuando un matrimonio se compra una vivienda firme la hipoteca a medias. Es una forma de compartir los gastos y asegurarse de cumplir con los requisitos de solvencia exigidos por los bancos. El problema llega si la pareja se divorcia, ¿quién tiene que hacerse cargo de pagar las cuotas de la hipoteca?
La primera decisión que tiene que tomar pareja es si deciden quedarse con la vivienda y, por tanto, con la hipoteca, o si venden la propiedad y con el dinero obtenido saldan la deuda pendiente con el banco.
Si deciden quedarse con la casa, habrá que continuar pagando la cuota de la hipoteca, y para determinar quién tiene que hacerse cargo de ellas entran en juego varios factores. Entre ellos, quién es el titular de la hipoteca, en qué régimen matrimonial se encuentran o si tienen hijos.
Quién tiene que pagar las cuotas de la hipoteca si una pareja se divorcia
El Tribunal Supremo establece que será el titular de la hipoteca el que se tenga que hacer cargo de la misma, ya que es además la persona que tiene la deuda con el banco.
Por tanto, si la hipoteca está únicamente a nombre de uno de los miembros del matrimonio, será este el responsable de pagar las cuotas.
En el caso de que la hipoteca la hayan firmado ambos, dependerá de en qué régimen estén casados. La forma de pago dependerá del régimen en el que estuvieran casados al firmar:
- Si están casados en régimen de gananciales: ambos tendrán que hacerse cargo de la cuota de la hipoteca en la misma proporción.
- Si están casados en separación de bienes: cada miembro de la pareja tendrá que hacerse cargo del porcentaje de cuota de hipoteca en la misma proporción en la que sea propietario de la vivienda.
Esto, según explican desde el portal inmobiliario Idealista, es independiente de quién se quede viviendo en la casa, que es una cuestión que dependerá del acuerdo que se haya firmado en la separación o de lo que haya dictado el juez. En este caso se tendrán en cuenta factores como si se tienen hijos o no, quién se hará cargo de su cuidado o de cuál es el miembro de la pareja más vulnerable, pero no afectarán a quién tiene que pagar la hipoteca.
Por tanto, se tendrá que seguir pagando la parte que corresponda de la hipoteca, aunque sea la expareja la que resida en ella. Solamente se podrá dejar de pagar la cuota, si se instala en la vivienda una nueva pareja, en ese momento, según una sentencia del Tribunal Supremo, la vivienda deja de ser el domicilio familiar, y esta obligación se extingue.
Alternativas en caso de que la pareja se divorcie
Cuando una pareja se divorcia, una de las alternativas más recomendables es vender la casa, y saldar la deuda con el banco, pero esta no es la única alternativa posible. Otra de las opciones es que uno de los miembros compre su parte al otro, quedándose como único titular de la casa y de la hipoteca.
Por último, existe la alternativa de optar por la extinción de condominio. Para ello, según aclaran los expertos de derecho de familia de ‘Crespo Law’, una de las partes cede la propiedad a la otra a cambio del dinero o del pago de la hipoteca. A diferencia de la venta de una parte, esta alternativa a nivel fiscal es mucho menor, ya que solo habría que pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados.
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