Uno de los mayores problemas que vive España actualmente es el de la vivienda. La falta de oferta, en parte debido a la especulación con los pisos turísticos, unida a unos precios que no paran de crecer, hacen que el acceso a la vivienda sea cada vez más difícil para los jóvenes y no tan jóvenes. Porque parece que es un problema que solo afecta a los jóvenes, ya que normalmente cuentan con menos ingresos y están empezando a formar su vida, pero ha llegado tan lejos la problemática que ya incluso afecta a jubilados y ancianos.
Cada vez hay más casos como el de María Teresa, que tiene que compartir piso a sus 80 años para poder pagar el alquiler. Otro similar es el de Encarna, cuya pensión también le impide poder pagar por un alquiler para vivir solos y por tanto tienen que compartir la vivienda. "Mi capacidad económica no puede hacer frente a un alquiler", lamenta Encarna, en el programa ‘Y Ahora Sonsoles’ de Antena 3.
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La jubilada, que tiene 67 años, no le queda otra que compartir piso a su edad, ya que no puede permitirse alquilar uno entero para ella sola. "Imagínese, yo cobro unos 800 euros de pensión y el alquiler de una habitación ya supera los 500 euros", admite Encarna sobre su situación.
Gran parte de la pensión es para pagar el alquiler
A pesar de tener que compartir piso a una edad avanzada, la pensionista no se queja de la convivencia, ya que admite que incluso le viene bien para no sentirse sola. "Soy de Barcelona y mi familia está repartida en toda Cataluña, aquí en Valencia estoy sola. Amigos tengo pero familia estoy sola", afirma.
En muchos casos, las personas mayores que no cuentan con una vivienda en propiedad se ven obligadas a dedicar una parte muy elevada de su pensión al alquiler, lo que limita seriamente su capacidad para afrontar otros gastos esenciales.
Esta realidad está provocando un aumento de la vulnerabilidad, tanto económica como emocional, entre la población mayor.
A ello se suma la escasez de políticas públicas eficaces en materia de vivienda social o alquiler protegido, un factor que contribuye a intensificar el problema.
De este modo, la vivienda deja de ser únicamente un recurso económico para convertirse en un elemento clave para garantizar el bienestar, la estabilidad y la dignidad durante la vejez.
Comprar o alquilar una casa: misión imposible
En 2025, el precio medio del alquiler en España se sitúa entre los 13,69 y los 14,5 euros por metro cuadrado al mes, según datos de portales inmobiliarios como Fotocasa o Idealista.
Esto implica que un piso estándar de unos 80 metros cuadrados tenga un coste mensual aproximado de 1.095 euros, una cantidad que se incrementa notablemente en las grandes ciudades.
Como consecuencia, los precios del alquiler han alcanzado máximos históricos en numerosas zonas del país, obligando a jóvenes y familias trabajadoras a destinar una proporción cada vez mayor de sus ingresos al pago de la vivienda.
No obstante, esta situación no afecta únicamente a las generaciones más jóvenes. Los jubilados, muchos de ellos con pensiones reducidas, también padecen de forma directa el encarecimiento del alquiler.