El Banco Central Europeo vuelve a subir los tipos de interés. Como se preveía, tras la finalización de la reunión del jueves, 2 febrero, el precio del dinero crece hasta situarse ya en el 3%, los mismos niveles que en noviembre de 2008, el año de la última gran crisis financiera. El objetivo no cambia: rebajar la inflación, actualmente situada en el 8,5% en la eurozona, al 2%. Lo hace precisamente después de que lo haga también la Reserva Federal estadounidense. Pero en su caso, del 0,25% al 4,75%.
Crece por tanto el precio del dólar, y también el del euro. El de no perder la paridad con la gran moneda mundial es, sin duda, otro de los objetivos, con tal de no perder competitividad internacional. La Unión Europea (UE) importa la mayor parte de la energía que consumen sus industrias y hogares, por lo que un euro con un valor considerablemente menor sobre el dólar, comprar en el exterior se convierte en una misión compleja. Más con los precios de las energías.
La inflación en la eurozona enlaza tres meses consecutivos a la baja -en diciembre se situaba en el 9,2%-, pero preocupa especialmente el alza alimentaria, que continúa elevado al 14,1%. La energía por su parte y según las previsiones del BCE, comenzará a rebajarse lentamente, pero el foco se ubica las subidas salariales para compensar la inflación y la reactivación de China, que ha dicho adiós a las restricciones del coronavirus, podrían provocar nuevas tensiones en los precios.
El BCE pide retirar las ayudas para la crisis
“Es importante empezar a retirar pronto esas medidas”, declaró Christine Lagarde, presidenta del organismo monetario continental, en alusión a los paquetes de medidas anticrisis y escudos sociales que han desplegado la mayoría de los gobiernos para echar una mano a ciudadanos y negocios. Estas dificultan la tarea del BCE.
También ha alumbrado el hecho de bajar las abultadas deudas públicas. Acabar con el dinero barato es, por tanto, otro objetivo, con el endurecimiento de la política monetaria por bandera. En marzo se esperan desprenderse de hasta 15.000 millones de euros, de los 5 billones de euros totales, de deuda soberana de algunos estados miembros. Ese mismo mes, de hecho, podría aplicar una sexta subida.
Subidas de tipos de interés y consecuencias
La primera se hizo tangible antes de la oficialización de la subida de los tipos: el incremento del euríbor (hasta el 3,337%) y el consecuente, a su vez, de las hipotecas. Sobre todo, las variables o mixtas, de forma directa. Pero también para las fijas, un poco más a largo plazo.
Para una hipoteca media variable, de 150.000 euros a 30 años, esto significará que la cuota pase desde los 449,64 euros del año pasado, con el euríbor al -0,477%, a los 744,33 actuales. Casi 300 euros más y un salto cercano al 70%, concretamente, del 65,5%, según las herramientas de la Asociación Hipotecaria Española (AHE). Hablando anualmente, casi 3.450 euros más a pagar.
Además, también se verán perjudicadas empresas que quieran refinanciar su deuda o que necesiten dinero para acometer inversiones. Financiar será más difícil porque costará más. los Estados altamente endeudados, como España (115 % de su PIB). Ahora deberán buscar en el mercado el dinero que desde 2015 le venía inyectando la eurozona. Algo complejo por los requisitos de solvencia y rentabilidades altas. Los bancos, como demostró BBVA con sus beneficios históricos, son los grandes ganadores.
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