Adiós dinero en efectivo, hola dinero digitalizado. Es el contundente pronóstico de Elisabet Ruiz, profesora de Estudios de Economía y Empresa en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que augura una futura sociedad en la que el dinero en efectivo podría convertirse en algo del pasado. Según Ruiz, la sociedad está encaminada hacia un futuro sin billetes ni monedas, y ya hay países dentro de la Unión Europea con programas destinados a eliminar completamente el efectivo.
A pesar de que la idea de una sociedad sin efectivo está en discusión desde hace tiempo, la pandemia de la COVID-19 ha actuado como catalizador, acelerando la transición hacia métodos de pago digitales en España. La popularización de las tarjetas 'contactless' y la creciente adopción de aplicaciones como Bizum para transacciones entre particulares son evidencias de este cambio. Sin embargo, España se muestra como uno de los países de la Unión Europea más reticentes a abandonar el dinero en efectivo, especialmente en pequeñas operaciones y pagos diarios, como afirman los datos.
Según el 'Estudio sobre el pago y actitudes de los consumidores en la Zona Euro' de diciembre de 2020 del Banco Central Europeo, en España, los pagos en efectivo representaron el 82% de todas las transacciones y el 66% del volumen total de transacciones. Estos números contrastan significativamente con otros países de la Unión Europea, como los Países Bajos, donde solo el 34% de las operaciones fueron en efectivo, o Finlandia, con un 35%. "Ya hay países dentro de la Unión Europea con programas dirigidos a eliminar el efectivo” señala Ruiz, la autora del estudio.
Crecen los pagos digitales: el declive de los cajeros automáticos
La pandemia ha dejado una huella imborrable en los hábitos económicos de las personas. La última encuesta nacional del Banco de España sobre el uso del efectivo en 2020 revela que el 35,9% de los ciudadanos aún utiliza el efectivo como su medio de pago más común. Sin embargo, la tarjeta de débito ha ganado terreno, siendo la elección preferida para el 54,1% de la población. Además, un 69,1% de los ciudadanos y un 61,3% de los establecimientos que han modificado sus hábitos durante la pandemia planean mantener estos cambios en el futuro cercano.
Manuel Pardos, presidente de ADICAE, destaca el avance "imparable" de los pagos digitales. Por su parte, datos del Departamento de Sistemas de Pago del Banco de España respaldan esta perspectiva, mostrando una disminución constante en el número de cajeros automáticos que hacen pensar que puedan desaparecer. "Los cajeros automáticos podrían quedar obsoletos en cinco o diez años”, concluye Pardos.
En otro orden de cosas, el número de tarjetas en circulación en España ha experimentado un crecimiento exponencial, llegando a los 86,2 millones, el doble desde el año 2000. A pesar de ello, la retirada de dinero en efectivo en cajeros automáticos disminuyó en 2020, registrando 624.664 operaciones frente a las 908.590 de 2019. "En España el uso del efectivo es mayoritario, pero en pequeños pagos”, explica al respecto, José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB).
La AEB, por su parte, considera "aventurado" vaticinar la extinción total del efectivo en España. Campuzano destaca factores generacionales, culturales y la percepción tradicional del dinero físico como activo seguro. Aunque el uso del efectivo prevalece en pequeños pagos en España, la pandemia ha llevado a muchos consumidores a descubrir la comodidad de otros medios de pago durante la crisis sanitaria.
El reto: la economía sumergida y transacciones digitales
El país se enfrenta a desafíos significativos en su transición hacia una sociedad sin efectivo. Elisabet Ruiz subraya la existencia de una "economía en negro" lo suficientemente arraigada como para ralentizar la desaparición total del efectivo. Esta economía, presente en trabajadores sin contrato, tareas de cuidados y empleos temporales en hostelería, aún utiliza el dinero en efectivo como medio de transacción cotidiana.
"Desde personas que están sin contrato, los trabajadores en tareas de cuidados, o las personas que se les contrata únicamente para trabajar en verano en hostelería, en nuestro país contamos con mucha economía sumergida cuyos pagos se canalizan con el dinero en efectivo”, indica Elisabet Ruiz.
En diciembre de 2020, la Unión Europea adoptó el plan 'Eurosystem Cash 2030 Strategy', priorizando el acceso continuo de los ciudadanos y empresas a servicios de dinero en efectivo. Ya se prepara el euro digital. Aunque el dinero en efectivo no desaparecerá a corto plazo, se espera una transformación total en los hábitos económicos y las formas de pago cotidianas. El compromiso con el euro en formato físico se mantiene, pero la realidad es clara: la forma en que manejamos nuestro dinero está experimentando una metamorfosis sin retorno.
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