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Una mujer denuncia a su vecino por dar de comer a las vacas demasiado temprano: le molesta el ruido y que los toros invadan su jardín

Denuncia no solo el ruido que hace el granjero alimentando al ganado a las 6 de la mañana, sino el riesgo que supone para ella y sus nietos que un toro se cuele en su jardín.

Un hombre alimentando a un ternero
Un hombre alimentando a un ternero |Envato
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:
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Vivir en el campo tiene ciertas ventajas, sobre todo para aquellos a los que les gusta disfrutar de la tranquilidad y el aire libre, pero esto no significa estar exentos de sufrir los ruidos de los vecinos. En muchas ocasiones los animales o las labores agrícolas pueden perturbar el descanso y es lo que le ha pasado a una propietaria francesa que denuncia el ruido constante causado por una granja vecina en la que el ganadero alimenta a las vacas muy temprano.

La propietaria asegura que desde hace años su vida se ha visto alterada por el funcionamiento de una granja vecina. Según la información publicada en Figaro Inmobilier, el granjero alimenta a sus vacas a partir de las 6:00 de la mañana, generando ruidos que, según ella, no se limitan a simples molestias puntuales, sino que se repiten a lo largo del año. 

Cuando se mudó a la casa en el año 2003, el establo vecino tenía unas 20 vacas, pero actualmente el rebaño se ha triplicado, con el consiguiente incremento del ruido y del olor, lo que, afirma, ha llevado a que su vivienda pierda hasta un 30 % de su valor.

El ruido y el olor le generan un problema más allá del descanso

La mujer no se ha limitado a quejarse de los ruidos que hacen las vacas cuando las alimentan al alba, sino que también advierte de problemas de seguridad, y es que recientemente, asegura que un toro joven invadió su jardín, lo que podría haber resultado peligroso si sus nietos hubieran estado afuera. “Un toro joven no es una vaca”, declaró, añadiendo que ella nunca habría denunciado por un gallo cantando, ya que lo consideraría “normal en el campo”.

El granjero, por su parte, niega que se sufra una perturbación “anormal” y sostuvo que las labores agrícolas requieren horarios tempranos, especialmente en jornadas largas durante las campañas de cosecha. En su defensa, alegó que no tiene constancia de que otros vecinos se hubieran quejado del ruido.

Tras la vista, el tribunal falló a favor del agricultor, descartando ningún tipo de sanción. Tal como comentó su abogado, “el campo no es un paraíso sin ruido”

Para la mujer, sin embargo, esta situación asegura que supone un serio perjuicio, tanto  económico, por  la pérdida estimada del 30 % del valor de su vivienda, como psíquico.