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Un veterano empresario, que ha vendido 150.000 coches, asegura que “a partir de 2030 los coches de combustión serán residuales”

El experto en venta de coches apuesta por los coches eléctricos a precios accesibles y con gran autonomía de cara al futuro a corto-medio plazo.

Un empresario en un concesionario de coches
Un veterano empresario, que ha vendido 150.000 coches, asegura que “a partir de 2030 los coches de combustión serán residuales” |Envato
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Todo el mundo sabe que el futuro del modelo de movilidad más usado actualmente por las personas, el típico coche de gasolina (o diésel), tiene las patas muy cortas. El cambio climático ha forzado a gobiernos, empresas automovilísticas y, finalmente, usuarios a promover modos de transporte que generen menos emisiones contaminantes, tales como el coche eléctrico.

Pero aunque desde el Gobierno impongan zonas de bajas emisiones en las ciudades o promuevan ayudas como el Plan MOVES para que la gente compre más coches eléctricos, todavía muchos ciudadanos son reticentes al cambio y continúan confiando en el coche de combustión. Al paso de esta cuestión ha querido salir Manuel Palma, un empresario valenciano que ha vendido más de 150.000 coches en toda su carrera y que piensa que el final del vehículo de combustión está cerca: "A partir de 2030, las ventas de coches térmicos serán residuales".

Manuel Palma (Palma del Río, Córdoba, 1959) llegó a Valencia en 1980 para cumplir con el servicio militar, y fue allí donde descubrió su espíritu emprendedor. Procedente de una familia humilde y tras haberse formado como mecánico, comenzó a dedicarse a la compraventa de vehículos, una actividad que lo llevó a establecerse definitivamente en la ciudad. Desde entonces, acumula más de 40 años de experiencia en el sector del automóvil.

Hoy gestiona una red de 12 concesionarios y, pese a su entusiasmo por la evolución del sector, muestra una advertencia ante la transición hacia el vehículo eléctrico: deben “bajar de precio y mejorar su autonomía”. Expresidente de la escuela de negocios EDEM (donde continúa impartiendo clases), actualmente forma parte del consejo consultivo del Banco Sabadell.

Un referente con voz en el debate del coche eléctrico

Tras su llegada a València, Palma empezó trabajando en un taller hasta que descubrió las oportunidades del negocio de compraventa de coches. Su trayectoria empresarial lo ha llevado a presidir EDEM, participar en el consejo consultivo del Banco Sabadell y vender miles de vehículos de distintas marcas.

Recuerda que en los años de mayor bonanza llegó a vender hasta 7.000 coches al año. “Hoy es imposible: antes el mercado se repartía entre seis marcas y ahora entre 50. Para mantener esa estructura necesitaría absorber muchísimas marcas, con un riesgo altísimo”, comenta. En 2024 decidió arrendar sus instalaciones al Grupo Marcos y retirarse de la gestión directa.

manuel palma en uno de sus concesionarios
Manuel Palma en uno de sus concesionarios | Facebook

Palma sostiene que “los fabricantes que no apuesten por el eléctrico van a desaparecer” y señala dos factores esenciales para consolidar su adopción: el coste y la autonomía. “No tiene sentido que un eléctrico sea más caro que uno de combustión cuando su mecánica es más sencilla. Además, la autonomía debería subir a 800 o 1.000 kilómetros para competir de verdad”, afirma.

Según su visión, en un plazo de cinco años los eléctricos alcanzarán esas cifras y el cambio será definitivo. “Todos los fabricantes están destinando la inversión a esta tecnología. El que siga apostando por la combustión quedará fuera del mercado”, advierte.

La desventaja europea frente a China

El empresario observa con inquietud el rumbo de la industria europea. “Nos hemos pegado un tiro en el pie. Éramos líderes en motores de combustión y hemos pasado al eléctrico, donde los mejores son los chinos: tienen la tecnología, los ingenieros y las fábricas, sin nuestras cargas sociales. Competir así es casi imposible”, lamenta.

Mientras marcas como BMW preparan su futuro modelo i1, Palma reclama una reforma fiscal más justa: “No puede ser que un Porsche de gasolina pague el mismo IVA que un eléctrico. Hay que incentivar de verdad la transición”.

Más allá de las cifras, defiende una filosofía empresarial centrada en el cliente: “En mi grupo damos a todos los empleados un manual: si el rey viniera a matricular a sus hijas, ¿cómo le atenderías? Pues igual hay que tratar a cualquier cliente, sea quien sea, sin juzgar por apariencia o condición”.

Aficionado al maratón, con una veintena de carreras y diez marcas por debajo de las tres horas, encuentra paralelismos entre el deporte y los negocios. “En una maratón aprendes a disfrutar del sufrimiento. En los negocios pasa igual: hay que levantarse temprano, entrenar, superar problemas con clientes, producto y personal. Si disfrutas a pesar de todo, vas bien”.

“Mi próximo coche será eléctrico”

Después de retirarse de la automoción, el grupo Palma ha diversificado su actividad hacia la educación, los servicios sociales y el sector inmobiliario. Actualmente gestiona tres colegios con más de 1.000 alumnos, varias residencias y una importante cartera de propiedades. “Durante la pandemia no tuvimos ni un fallecido en nuestras residencias. Queremos seguir creciendo en sectores donde podemos aportar valor”, afirma.

Palma resume su forma de dirigir con una máxima que repite con frecuencia a estudiantes y emprendedores: “Gasta como si fueras pobre e invierte como si fueras rico”. Defiende arriesgar con prudencia y mantener la deuda por debajo del 25 % de los fondos propios. “He tenido éxitos y fracasos. Incluso en el automóvil, donde invertí mucho y gané poco los últimos años. Pero todo sirve de aprendizaje”, reflexiona.

A sus 66 años, tiene claro que la movilidad eléctrica es el futuro inevitable. “El coche eléctrico es fantástico: no contamina, no hace ruido y es sencillo de fabricar. Solo falta que sea accesible y que la autonomía dé el salto. El cambio llegará y será definitivo”, concluye.