Cada 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio con el fin de luchar contra un problema de salud pública que, hoy en día, acaba con una vida cada 40 segundos. España es el primer motivo de muerte por causa no natural, y la cifra es escalofriante: una media de 11 personas al día se rinden ante la vida.
Sin embargo, es hasta hace no mucho tiempo cuando se ha empezado a hablar públicamente de esta lacra por miedo a incitar a otros a cometer conductas suicidas. Y aunque los últimos datos que hay arrojados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) son de 2022, y son provisionales, ascienden a 4.097 personas que se quitaron la vida voluntariamente, lo que supone un 2,3% más que en 2021.
Según los datos emitidos por ‘El Teléfono de la Esperanza’, en el primer semestre de 2023 ha habido un incremento significativo de las peticiones de ayuda. Señalan que han atendido a 330 jóvenes con ideación suicida, 65 con crisis suicidas y 22 con acto suicida en curso. Dentro de este total algunas de ellas lo hicieron en el contexto laboral, pero no se conocen cifras oficiales hasta la fecha.
Causas que desencadenan el suicidio en el trabajo
El suicidio laboral o la llamada ‘pandemia silenciosa’ es una decisión fatal que viene propiciada por “el estrés, la presión en el entorno de trabajo, el acoso o incluso el despido”, según revela Isabel Orland, presidenta de ‘El Teléfono de la Esperanza’ en Almería, durante una entrevista a ‘Noticias Trabajo’.
Las personas que caen en depresión o sufren ansiedad por factores que se dan en el entorno laboral, suelen tener un carácter más vulnerable que los demás, tendencia a deprimirse, incapacidad de gestionar sus emociones y pensamientos negativos, como “imaginar que, si se quedan sin trabajo, se les acaba el mundo, y por ello optan por el suicidio”, comenta Orland, “porque no es que quieran dejar de vivir; quieren dejar de sufrir”, sentencia.
Cómo la empresa puede prevenir el suicidio laboral
Para prevenir el suicidio laboral, la responsabilidad recae en múltiples partes, incluyendo la empresa. Desde la organización hacen hincapié en las condiciones laborales, “que pueden ser un factor determinante para garantizar el bienestar de los empleados”. Aquí se detallan algunas acciones que las empresas pueden tomar como parte de sus responsabilidades en la prevención del suicidio laboral.
Promover un entorno de trabajo saludable
Las empresas deben crear un entorno de trabajo que promueva la salud mental y emocional de sus trabajadores, incluyendo la reducción del estrés laboral y la promoción de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Concienciación y formación
Proporcionar capacitación a los empleados y empleadores sobre la identificación de signos de angustia emocional y cómo abordarlos de manera adecuada.
Comunicación abierta
Fomentar la comunicación y la promoción de un ambiente en el que los empleados se sientan cómodos.
Políticas de no tolerancia al acoso y discriminación
Implementar y hacer cumplir políticas que prohíban el acoso, la discriminación y el comportamiento abusivo en el entorno laboral, ya que estos factores pueden contribuir al estrés y a la angustia emocional.
Gestión de la carga de trabajo
Evitar la sobrecarga de trabajo y garantizar una distribución equitativa de las tareas.
¿El suicidio sigue siendo tabú?
A pesar de que poco a poco se vaya rompiendo con el tabú y el estigma del suicidio, todavía hay que avanzar más en este sentido, ya que, según indica Orland, “con las personas de nuestro entorno es más difícil hablar del suicidio. No se quiere reconocer”.
Sin embargo, si la sociedad ha tomado cada vez más conciencia sobre esto, es porque figuras públicas han compartido sus experiencias personales o, al terminar con su vida voluntariamente, se han convertido en ejemplos que llaman la atención del público y de los medios de comunicación, aunque siempre bajo la misma premisa: acarreando problemas de salud mental. Entre tantos, Avicii, Verónica Forqué o Ignatius Farray.
España no cuenta con un plan nacional para la prevención del suicidio
Si bien las empresas tienen un papel importante en la prevención del suicidio laboral, también es esencial que los gobiernos, las organizaciones de salud mental y la sociedad en su conjunto colaboren para abordar este problema de manera integral y que contribuyan a prevenir el suicidio laboral.
A diferencia de otros 40 países, España aún no ha establecido un plan nacional para la prevención del suicidio y, este año, más de 30 entidades se han unido para instar a su implementación. Estas han resaltado que el plan debe tener como objetivo sensibilizar tanto a la población en general, como a las personas con mayor riesgo de suicidio, además de involucrar al comercio y a las grandes marcas.
Orland señala que desde ‘El Teléfono de la Esperanza’ también han instado a poner en marcha este plan, “que debería recoger información clave sobre la conducta suicida, estrategias de intervención que incluya una propuesta para un plan de crisis y la elaboración de guías. Se trata de construir una red de cuidado y protección entre todos para todos”
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