El mercado de trabajo se enfrenta ahora a la baja por síndrome del ‘trabajador quemado’ o de ‘burn-out’, anglicismo que se puede traducir como ‘desgaste’ o ‘agotamiento’ y se caracteriza por sentimientos de falta de energía o agotamiento, aumento de la distancia mental con respecto al trabajo y eficacia profesional reducida. Así lo reconoce la Organización Mundial de la Salud desde el pasado 1 de enero de 2022, que lo incluye en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), que se utiliza para elaborar estadísticas sanitarias, y lo cataloga como un "síndrome resultante del estrés crónico del trabajo que no ha sido gestionado con éxito".
Sin embargo, el Gobierno de España, y en concreto el Ministerio de Trabajo y Economía Social, cuya cartera ministerial pertenece a Yolanda Díaz, parece hacerle caso omiso a las recomendaciones de la OMS, ya que aún no ha dado el paso para incorporar esta forma de estrés en su listado de enfermedades profesionales en el Sistema Nacional de Salud. Y todo ello cuando conocemos que la pandemia quiebra la salud mental de las enfermeras. Según los datos obtenidos en un reciente estudio de la organización Medscape, el 37% de los médicos españoles han afirmado sufrir ‘burnout’. Esto es, la consecuencia de estar un largo periodo de tiempo soportando un estrés laboral muy intenso.
Esta situación se debe, según la opinión de los especialistas, por la imposible desconexión y la incertidumbre. Factores determinantes que han minado el equilibrio emocional del personal sanitario. Pero no es el único colectivo de trabajadores por cuenta ajena al que le afecta esta dolencia. También toca de cerca a los autónomos por la presión que sufren al ser ellos sus propios responsables. Esto ha dado como consecuencia que sean diversos Tribunales Superiores de Justicia ya se han posicionado a favor del reconocimiento de esta nueva enfermedad laboral. Lo hizo en noviembre de 2021 el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que reconoció como accidente laboral la baja por ansiedad de un profesor. Pero no ha sido el único en pronunciarse.
Cómo evitar el síndrome del trabajador quemado o burnout
Lo primero que se debe saber es qué es el burnout. Hay que tener en cuenta se trata de un trastorno psicológico multifactorial y que en cada trabajador puede manifestarse de forma distinta. No obstante, conviene tener en cuenta algunos factores determinantes:
- Cansancio permanente o habitual.
- Puede ir acompañado de algunos síntomas físicos como dolores de cabeza y fatiga crónica.
- Sentimiento de insatisfacción.
- Episodios de irritabilidad, negatividad y sentirse amenazado por el resto de compañeros.
Para evitar que esto suceda, en un artículo publicado en la reputada revista Harvard Business Review, menciona que la mejor forma de prevenir el síndrome del trabajador quemado es la prevención, y señala que la mejor forma de hacerlo es creando un estado de compromiso unido a la satisfacción, lo que se conoce en inglés como ‘engagement’. Esto es, todo lo contrario al burnout, y se representa por presentar altos niveles de energía, dedicación y eficacia en el trabajo.
Para que esto no suceda habría que incorporar esta serie de hábito en el día a día del puesto de trabajo que se ocupe:
- Respetar el horario de trabajo
- Capacitar y delegar funciones
- Cuidar espacios familiares
- Comunicarse con el entorno
- Brindarse tiempo personal
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