Ganar dinero con la numismática se ha convertido en tendencia. Al fin y al cabo, se trata de otra fuente de ingresos complementaria a las rentas habituales que se pudiesen tener, como la remuneración laboral. De hecho, pueden suponer una ayuda inestimable para sobrellevar las drásticas secuelas que está dejando a su paso la inflación, su subida de precios y la consecuente pérdida de poder adquisitivo.
Pero no es un acto similar al de invertir. En este caso, también habrá que tener algo de suerte y destreza para moverte en este tipo de mercados especiales. Para exprimir la rentabilidad económica que ofrece la numismática habrá que, o bien disponer de alguna moneda con ciertas peculiaridades, o, por el contrario, tratar de encontrarla en las casas de subastas o en la venta de segunda mano.
El metal con el que están fabricadas, que en algunos casos ya por sí solo tiene un alto valor, rarezas, errores de fabricación o la ilustración de determinados personajes en ediciones de especial fabricación, son algunos de los rasgos que convierten a una moneda antigua en única para los coleccionistas y multiplicar así, con creces, el valor que representa. La moneda de 100 pesetas de 1870 de la I República en oro, por la que se llegaron a pagar 150.000 euros, es uno de los ejemplos.
Monedas de diez céntimos con las que se puede ganar una fortuna
No solo las monedas descatalogadas están altamente cotizadas. También hay casos de monedas y billetes de euro, y de otras monedas en vigor, altamente demandadas. Incluso los diez céntimos, aquellas de la denominada ‘calderilla’ que se suelen regalar a los más pequeños, depositarse en huchas o utilizarse para compras superfluas. Ellas también pueden acabar siendo la moneda que multiplique el dinero fácilmente… ¡hasta los 900 euros!
Moneda de diez céntimos de euros de Alemania
Tenerla no es tener diez céntimos únicamente, si no mucho más, pudiendo llegar a los 900 euros. El motivo de ello responde a un exceso de cobre así como a un error de fabricación en los bordes en el año 2002, en Alemania, que la hace única.
Moneda de diez céntimos de euro de Francia
Hasta 300 euros se han llegado a registrar como pago final de esta moneda fabricada en el país galo allá por 1999. Justo antes de la entrada en vigor del euro, motivo de su exclusividad al resultar una de los primeros céntimos de euro acuñados en el país.
Moneda de diez céntimos de euro de Países Bajos
Al igual que la francesa, otra de las más antiguas y complicadas de encontrar. Si se encuentra en óptimas condiciones puede llegar a venderse por 185 euros.
Moneda de diez céntimos de euro de Austria
Fue acuñada en el país de Mozart en 2002, el año de entrada en vigor del euro. El hecho de que se encuentran pocas así provoca que su cotización ronde los 275 euros.
Moneda de diez céntimos de euro de Finlandia
Otra pionera antes de la entrada del euro y de las primeras en fabricarse. Porta el león con dos espadas tradicional del escudo oficial de la nación y es una ‘rara avis’. Hasta 210 euros se ha llegado a pagar por ella.
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