Una pareja encuentra 800.000 euros en monedas de oro enterrados en su cocina por una reforma

Después de toda una década viviendo en la misma casa, una reforma hizo que una pareja de Reino Unido descubriera un tesoro oculto bajo sus pies. Tras levantar uno tablones del suelo de la cocina encontraron una vieja lata de metal, aparentemente sin valor, cuyo contenido cambiaría sus vidas para siempre.

En esa lata había un total de 260 monedas de oro del siglo XVII, más concretamente de entre 1610 y 1727, que alcanzaron un valor superior a los 800.000 euros. Emocionados por el hallazgo, no dudaron en recurrir a un profesional para verificar el valor de las monedas y para que les asesoraran de cara a la venta.

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Como explican en el ‘Greek Reporter’, la casa estaba situada en Ellerby, en Yorkshire del Norte y, al rastrear el origen de las monedas, los expertos llegaron a la conclusión de que habían pertenecido a la familia Fernley-Maister, unos comerciantes de Hull, Reino Unido, que eran conocidos por su implicación en el comercio báltico y por su fortuna. Este descubrimiento no solo cambió la vida de esta pareja, sino que pasó a formar parte de la historia de la región.

Una historia que ‘vale oro’

Este descubrimiento se ha convertido uno de los hallazgos arqueológicos más destacados de Reino Unido. La historia que esconde ha sido uno de los motivos, ya que en esa época las familias adineradas ya contaban con bancos y usaban papel moneda, por eso es tan extraño que escondieran estas monedas.

De hecho, la primera tasación del lote era de apenas 231.390 dólares, que equivalen a 220.000 euros al cambio. Pero fue tal la expectación del público en la subasta por su procedencia, que el valor final alcanzó los 852.380 dólares, 810.000 euros al cambio.

Pero esto no era lo único que hacía especial a estas monedas. El paso de los años había hecho mella en ellas, y además tenían algunos errores de acuñación que las habían convertido en piezas únicas en el mundo. Un ejemplo de ellos es la guinea de Carlos II tenía una errata, poniendo ‘CRAOLVS’ en lugar de ‘CAROLVS’, o la guinea de Jorge I a la que no le habían incluido la cabeza del rey.

La forma en que la pareja había convivido con este tesoro para encontrarlo posteriormente, sumado a la gran historia que ha acompañado a las monedas durante el paso de los siglos, provocó un gran revuelo en torno a la subasta haciendo que coleccionistas de todo el mundo acudieran a la cita para tratar de hacerse con ellas.