La entrada en vigor de la nueva Ley de Bienestar Animal, con el objetivo de garantizar su bienestar evaluando las condiciones que se les ofrecen, además de regular el reconocimiento y la protección de su dignidad por parte de la sociedad, como reconoce el propio Gobierno, implica una serie de cambios a tener en cuenta para los que tengan a cargo una mascota. Pero las primeras dudas ya han surgido.
¿Qué se considera mascota o animal doméstico, para los que se concentran mayoritariamente los cambios que introduce la ley? Su consideración, por tanto, será clave para incurrir o no en posibles incursiones. El texto otorga tal consideración a los perros, los gatos y los hurones. También abre la posibilidad que los animales de granja puedan ser registrados como de compañía, aquellos que se crían, reproducen y conviven con personas y no pertenecen a la fauna salvaje.
No lo serán, estando prohibidos entonces, las especies invasoras y los animales silvestres que no se adapten a la vida en cautividad o que puedan representar un riesgo para la salud o la seguridad de las personas. Agapornis, cotorras argentinas, mapaches, erizos, cerdos vietnamitas, tortugas peninsulares y de Florida serán algunos de los que están en la lista de animales cuya tenencia está prohibida. Hacerlo, estará multado con hasta 200.000 euros, con independencia del desconocimiento de la ley.
Los perros de caza y animales de trabajo, fuera de la ley
Sin embargo, los perros de caza y el resto de animales considerados de trabajo estarán fuera de la legislación, teniendo condiciones y requisitos a cumplir diferentes al resto de mascotas. Por tanto, ni el color, ni la raza, ni el tamaño establecerán este criterio, si no a lo que se dedican específicamente, que provocará que sean tratados de diferente manera. Un cocker spaniel, a modo de ejemplo, no podrá ser educado entonces con métodos dañinos, pero sí un perro de caza, cuyos dueños o adiestradores sí podrán usar las vías que consideren más oportunas.
Así, los tenedores de perros de caza y animales de trabajo estarán exentos de cometidos obligatorios como la identificación, la realización del cursillo obligatorio, ni la modificación de la manera de adiestrarlos, el seguro, ni tampoco el de dejarlos solos 24 horas como máximo. Es decir, un perro de caza o trabajo sí podrá vivir solo siempre que tenga asegurada su localización y un sitio donde resguardarse.
"Los perros de caza no pueden ser tratados igual que una mascota porque realizan una actividad especifica, con lo que el tratamiento tiene que ser absolutamente diferente", explica Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación de Caza Española. A su juicio, educar a los perros de caza para que no hagan daño a otro animal se entiende como “prohibir la caza”.
Animales considerados de trabajo
Aparte de los perros de caza, la nueva legislación acoge en esta categoría a todos los animales denominados como de carga o tiro, como caballos, mulas, burros, camellos, perros, bueyes o vacas, y habitualmente usados en ámbitos agrarios, turísticos o de transporte. Aunque dentro de esta categoría también se enmarcan a los perros guía o de la policía o vigilantes de seguridad, además de animales de recreación de espectáculos que no sean salvajes, algo que está prohibido.
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