España alberga una joya de la naturaleza que, pese a su excepcionalidad, todavía hoy es desconocida por muchos. Se trata de la geoda visitable más grande del mundo, que se encuentra en Pulpí (Almería), y que hasta hace unos años no estaba abierta al público. Para aquellos que lo desconozcan, las geodas son rocas, más o menos redondeadas, que están huecas por dentro, con la peculiaridad de que esta cavidad está repleta de cristales.
Lo primero que hace única a esta geoda es que tiene unas dimensiones extraordinarias. Si normalmente suelen medir unos 30 centímetros de diámetro, la de Pulpí, que se encuentra a 50 metros de profundidad, mide 8 metros de largo, 3 de ancho y 2 metros de alto. La segunda peculiaridad es que está cubierta de enormes cristales de yeso que, nuevamente, se salen de lo común.
El motivo es que tienen un tamaño medio de medio metro, si bien alberga algunos que alcanzan los dos metros. Pero eso no es todo, porque, tal y como describen en el sitio oficial, “su transparencia y estado de conservación la convierten en una joya de la naturaleza", constituyendo “un fenómeno único a nivel mundial dadas sus dimensiones y la perfección, tamaño y transparencia de los cristales”. De hecho, es posible incluso leer un libro a través de ellos. Por todo ello, el Ayuntamiento de Pulpí ha comenzado con la tramitación para que pueda ser declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Tardaron 20 años en habilitarla
En diciembre de 1999, miembros del Grupo Mineralogista de Madrid descubrieron la Mina Rica, lo que se conoce hoy como la geoda de Pulpí, y desde el principio se supo que se estaba ante una impresionante formación geológica. No obstante, por esta fecha no se podía visitar, y no fue hasta 20 años más tarde cuando se abrió al público, después de unos difíciles y largos trabajos de limpieza y acondicionamiento.
Sobre su origen, según un reportaje especial de National Geographic, “la anhidrita de Pulpí se estableció hace unos 250 millones de años, durante el Triásico, cuando existía el supercontinente de Pangea y empezó el auge de los dinosaurios”. Ahora, es más difícil saber cuándo comenzó a crecer el yeso, debido a la ausencia de impurezas de los cristales, aunque “una capa de carbono sobre los cristales datada en un estudio radiométrico indica que se formaron hace 60.000 años, como mínimo”. Así, “basándose en los tiempos de la deformación tectónica del lugar, empezaron a crecer hace dos millones de años, como máximo”.
Se puede visitar por 22 euros
Si se quiere visitar la geoda de Pulpí, es importante mirar las fechas con tiempo y reservar, ya que es una atracción natural muy solicitada. Dicho esto, la entrada general de adultos cuesta 22 euros (puede consultarse aquí), y hay que cumplir con una serie de “reglas”: llevar calzado cerrado, no pueden entrar menores de 8 años, hay que llevar mascarilla por la conservación de los cristales y se debe estar 30 minutos antes de la hora de entrada.
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