La DGT confirma los casos donde el radar no multa aunque vayas rápido

La DGT siempre sanciona a los conductores que circulan por las carreteras españolas con exceso de velocidad, aunque hay excepciones en los que el radar no multa.

radar de la DGT
Los casos en los que los radares de la DGT no multan por exceso de velocidad Archivo
Isabel Gómez

Reducir la siniestralidad en las carreteras españolas es uno de los principales objetivos que quiere cumplir en este 2023 la Dirección General de Tráfico (DGT). Bien es sabido que la velocidad es el gran enemigo a atacar para luchar contra el aumento de los accidentes de tráfico, sin embargo, hay situaciones en los que el radar no multan aunque se vaya rápido.

La DGT tiene unos límites de velocidad bien establecidos en su Ley General de Tráfico y Seguridad Vial; máximo de 120 km/h en autovía y autopista, 90 km/h en carretera convencional y 50 km/h en vía urbana. Para controlar que los conductores no los sobrepasen, el uso de radares, helicópteros y cámaras de videovigilancia se han convertido en algo fundamental para prevenir accidentes.

Cómo funcionan los radares de la DGT para controlar el exceso de velocidad en carretera

Una vez que el radar detecta que una persona conduce con exceso de velocidad por una vía, el aparato que lo haya registrado guarda la información y, a los pocos días, el conductor recibe la notificación de multa. En ella se incluyen algunos datos como la velocidad del vehículo, la fecha y la hora del registro de la infracción junto a la dirección del hecho.

En función de los excesos de velocidad, la cuantía de las infracciones puede variar. En los casos más graves, no solo habrá sanciones económicas, sino que también puede conllevar la retirada de puntos en el carnet de conducir y cursos de educación vial.

Los casos en los que los radares de la DGT no multan

A pesar de haber superado el límite, la normativa de la DGT contempla situaciones en los que sus radares y demás controles de vigilancia en carretera no multan a los conductores que comenten las infracciones. Corresponden con las siguientes:

Cuando el radar contradice la señalización

Existen situaciones en los que los radares contradicen la señalización que previamente marcaba el fin de un tramo con una velocidad máxima. La DGT entiende que la persona circulaba correctamente y no puede imponer ninguna sanción por exceso de velocidad.

Cuando el radar está averiado

Como cualquier aparato, los radares también pueden verse averiados y no hacer registros exactos de la velocidad por la que los vehículos circulan en carretera. Muchos conductores que circulen a más velocidad de la permitida podrían ver cómo se salvan de una multa si es aparato está estropeado.

La importancia de las fotografías

Por norma, la Dirección General de Tráfico necesita un mínimo de dos fotografías para acreditar que un vehículo circula con más velocidad que la permitida. Conforme a esta norma, el radar debe capturarlas en diferentes ángulos.

El margen de error de los radares

Al mismo tiempo, otras cuestiones a tener en cuenta es que el radar imponga una multa efectiva sobre el margen de error. Por sí, aunque el código de circulación es severo a la hora de explicar que un conductor no puede superar la velocidad ni en 1 km/h de la que marca la vía, en la práctica, los radares contemplan un margen de error.

Errores en los datos

Cuando un funcionario administrativo de la DGT es el encargado de redactar la sanción, puede cometer errores como cualquier humano con respecto a datos del vehículo, del conductor, de la matrícula y todo tipo de información que debe incluirse en la notificación de la multa. Así, es posible que la sanción no llegue al infractor.

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