Cada vez más personas sufren síntomas como dolores de cabeza frecuentes, picores en la piel o problemas digestivos, y normalmente suelen atribuirse al estrés, a la rutina o incluso a la genética. Sin embargo, en la mayoría de casos pueden deberse a una inflamación crónica, condición se ha convertido en una de las grandes amenazas invisibles para la salud en España, multiplicando el riesgo de enfermedades graves y empeorando la calidad de vida de miles de ciudadanos.
Por ello, la nutricionista Sandra Moñino, ha querido abordar este tema en el podcast de ‘Druni’ (@elpodcastdedruni), señalando las señales que te da tu cuerpo para advertirte de que estás sufriendo una inflamación crónica.
Advierte de los síntomas de sufrir una inflamación crónica
“La típica persona que tiene dolores de cabeza todos los días y que tiene que estar tomándose una pastilla cada dos por tres para los dolores de cabeza” puede estar sufriendo inflamación, explica la nutricionista. Aunque también señala otros síntomas claros como “alteraciones en la piel, granitos o picores son claras señales de que algo no está bien”.
Cabe destacar que las alteraciones en la piel suelen aparecer porque el organismo reacciona frente a distintos factores, desde lo que comemos hasta el estrés, y cada vez están más presentes en la vida diaria.
“La caca también dice mucho de cómo estamos”
“Y luego, por supuesto, problemas digestivos de clase, estreñimiento o diarrea”, añade Moñino, quien enfatiza en la importancia de las heces para indicar nuestro estado de salud. “La caca también dice mucho de cómo estamos”, apunta.
Tanto la forma, el color y la textura de las heces pueden ofrecer información clave sobre nuestro estado de salud. Detalles como una evacuación irregular, demasiado dura o muy blanda pueden ser señales de que algo no va bien en el sistema digestivo. “Lo suyo es hacer como una salchicha fina. Esa es la caca perfecta”, asegura la especialista.
Por eso, observar la caca permite detectar posibles desequilibrios, inflamaciones o incluso enfermedades que, en muchos casos, pasan desapercibidas hasta que los síntomas se agravan.
