El Día Internacional del Jefe se celebra el 16 de octubre, una fecha que busca incentivar cualidades positivas en los líderes empresariales, con el fin de guiar de la mejor forma posible a sus trabajadores. Se busca promover las buenas relaciones entre los equipos sin exigencias y presiones que generan malestar en los empleados, que pueden generar estrés y mal ambiente laboral. Según la teoría empresarial, existen diferentes tipos de jefes según su desempeño y personalidad, que pueden servir para identificar la clase de líder que tienes.
Que exista esta ‘clasificación’, que incluso puede recibir diferentes nombres, no significa que cada jefe se encasille en una, sino que puede que la persona tome características de las seis que se suelen utilizar o de alguna de estas: mal jefe, jefe con manual, jefe dinámico, jefe participativo, buen jefe y jefe perfecto. Conocer y reconocer qué tipo de jefe tienes o eres, puede ayudar a mejorar el trabajo, los resultados y la salud laboral de todos los empleados.
Por qué se celebra el Día Internacional del Jefe
El Día Internacional del Jefe tiene su origen en el olvido de la trabajadora Patricia Boys Haroski, que no felicitó a su jefe por el día de su cumpleaños. El detalle está en que además, era su padre. Según cuenta la historia, ella era la secretaria y estaba tan agobiada por la carga de trabajo y que no recordó la fecha para saludarlo. Al darse cuenta de que lo había pasado por alto, decidió homenajear a su padre, registrando el 16 de octubre como el Día Internacional del Jefe.
Pero claro, no siempre el jefe es nuestro padre, y quizás muchos trabajadores lejos de celebrarlo, quisieran olvidarlo. Ser un buen líder implica no solo tener conocimientos sobre el área de trabajo sino que hay que contar con unas cualidades personales esenciales como la comunicación clara y precisa, ser respetuoso/a y motivar a los miembros de su equipo, ser honesto y confiable, y saber delegar, entre otras.
Seis tipo de jefes, busca al tuyo
El 50% de los trabajadores considera que la relación que tienen con sus jefes es buena, y el otro 50% sostiene lo contrario. En el caso de estos últimos la solución que proponen es cambiar al jefe o bien, que los muevan de departamento dentro de la misma empresa. Estar en uno u otro lado, responde al tipo de líder que se tenga. Por este motivo, la aseguradora Mapfre, recoge en su blog, las características que definen a cada jefe en el desempeño de sus funciones.
Mal Jefe
Un mal jefe es un líder autocrático, no permite que se dude de su superioridad, ni se lo critique ni hay lugar para opiniones diferentes. Tiene poder absoluto y no es bien valorado por sus empleados, a quienes restringe libertades. Puede conseguir buenos resultados para la empresa pero lo hace sobre la base de la desmotivación y la falta de comunicación. Genera fuga de talento y mucha rotación de personal.
Jefe Admirado
El jefe admirado es aquel que posee mucho carisma, es el más reconocido y valorado por sus superiores y equipo de trabajo. Muestra optimismo y un pensamiento positivo y sabe transmitirlo. Quienes tienen un jefe carismático suelen sentirse valorados, satisfechos y comprometidos con su trabajo.
Jefe Participativo
Un jefe participativo es aquel que toma en cuenta la opinión, críticas y sugerencias del equipo de trabajo que lidera, aunque la decisión final la tome él. Funciona bien cuando el trabajo colectivo es vital pero no es muy rápido para realizar tareas. Los miembros de su equipo se sienten valorados, libres de opinar y participar. Su punto fuerte es la motivación.
Jefe con Manual
El jefe con manual, según Mapfre, es el burocrático, el que no se sale de la estructuras de la empresa. Son buenos cuando el trabajo es mecánico y muy ordenado. No tiene mucha comunicación con el equipo ni interés por sus inquietudes y siempre necesita ir a la fuente para llevar a cabo sus proyectos sin dejar lugar a otra forma de organizarse. No suele funcionar en trabajos creativos.
Jefe Perfecto
El jefe perfecto en la actualidad es aquel que es capaz de ser flexible y transformarse según las necesidades de la empresa, anticipándose para solucionar problemas. Es optimista y capaz de motivar a su equipo, sin olvidar las obligaciones que implica el trabajo.
Buen Jefe
El buen jefe es aquel que naturalmente es un líder, trabaja con su equipo de igual a igual, y a pesar de esto, es reconocido como líder a quien seguir y valorar. Sus grandes cualidades son la capacidad de trabajo y la empatía, no es competitivo y consigue resultados sin necesidad de imponer autoridad.
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