El esperado Estatuto del Becario continúa en fase de borrador tras la reunión mantenida este martes, que ha acabado por ser infructuosa pero sí ha servido para acercar posturas entre los distintos actores que conforman la mesa de negociación de una de las medidas estrella acuñada por Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno. Como el acuerdo sigue bloqueado, por tanto, el Gobierno está dispuesto a ceder con tal de aprobarla antes de verano.
Así, para contentar a ambas partes y buscar un punto intermedio de encuentro entre las peticiones de los sindicatos y las patronales, pone sobre la mesa la continuidad de las prácticas extracurriculares para los becarios, que no son necesarias estrictamente necesarias como las curriculares para aprobar la formación pero acaban siendo donde se producen mayores irregularidades.
El Gobierno, entre dos aguas: abierto a mantener las prácticas extracurriculares
De esta manera, Trabajo ofrece que los alumnos en prácticas puedan realizar 480 horas de beca en un año, sean curriculares o extracurriculares. Es decir, 40 horas a la semana durante un trimestre o 20 horas semanales durante un semestre. Asimismo, tampoco podrán el 15% del tiempo que duren el total de asignaturas. Al respecto, la cartera ministerial dirigida por Yolanda Díaz contempla que el Ministerio de Universidades realice cada dos años un examen que permita decretar si realmente han servido o no para el estudiante.
Era una condición indispensable para la patronal, que reclamaba no sólo la inclusión de las prácticas extracurriculares, si no su mayor aplicación. Todo lo contrario que los sindicatos, que abogan por reducirlas al mínimo, blindándolas para alejar la figura del ‘falso becario’ que acaba realizando labores cualitativa y cuantitativamente como un trabajador más. O bien, eliminarlas.
Parecía que ese preacuerdo estaba fraguado con el Ejecutivo. Sin embargo, para atraer el favor de la patronal y ciertos grupos parlamentarios, se ha visto obligado a volver a recuperar esta modalidad de prácticas. "Se han producido avances, pero para poder firmar esta norma tenemos que estar seguros de que va a servir para eliminar el fraude y que ningún becario esté realizando un trabajo de forma gratuita y sin cotizar", ha valorado el responsable de juventud de CCOO, Adrià Junyent.
"Vamos a seguir trabajando con discreción y nos volveremos a reunir con un nuevo texto", afirmaron, más neutros, desde la CEOE. "No nos interesa tanto cómo se llamen las prácticas, sino qué definen las prácticas. Es muy importante delimitar bien qué es una práctica formativa y qué es un contrato de trabajo. Y hasta que no tengamos una delimitación clara que impida fraudes no vamos a terminar", declararon, por su parte, desde el sindicato UGT.
Reducción de la ratio alumnos/tutor
A pesar de que se establecen un máximo de cinco estudiantes en prácticas por tutor a cargo y los becarios no podrán superar el 20% de la plantilla total del centro de trabajo, en el último borrador se recoge como novedad que se podrán modificar estos límites, aumentándolos o disminuyéndolos, siempre que medie acuerdo entre la empresa y el centro docente.
Trabajo también propone el hecho de que las empresas costeen gastos de los becarios como el transporte o la manutención y el alojamiento, si realizan las prácticas fuera de su ciudad de residencia habitual.
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