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Michelle, limpiadora de casas: “Cuando llegué a España me pagaban 8,50 euros la hora. Poco a poco ha ido subiendo y hoy por 6 horas me han pagado 150 euros”

Esta empleada del hogar muestra su jornada por horas en un oficio exigente y con sueldos ajustados, que compagina además con la creación de contenido.

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Michelle, limpiadora de casas |TikTok (@michelita.huayamave)
Fernando García Ferrer
Fecha de actualización:
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En España, el empleo doméstico continúa situándose entre los sectores más precarizados y feminizados. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, cerca de 400.000 personas, en su mayoría mujeres migrantes, sostienen esta actividad, marcada por la temporalidad, la falta de reconocimiento y la ausencia de protección plena en la Seguridad Social.

Michelle, que llegó a España buscando estabilidad económica, compagina la limpieza doméstica con un segundo trabajo relacionado con la creación de contenido para marcas. “Hoy tengo un día superproductivo decretando que todo vaya bien”, arranca uno de sus vídeos, en el que relata cómo se organiza para encadenar horas de plancha, limpiezas a fondo y desplazamientos en metro y autobús. Desde su cuenta de TikTok documenta sus jornadas laborales, a menudo extensas y repartidas entre varias casas.

“Acompáñame a limpiar. Vamos a hacer cuatro horas de limpieza y te digo cuánto me pagan”, explica mientras se cambia a su uniforme, al que llama con humor “el outfit de la ejecutiva de la limpieza”.

“Empecé cobrando 8,50 euros la hora, ahora me pagan 12”

Michelle divide la mañana entre plancha y limpieza con dos horas en cada tarea. Reconoce que la primera no es su favorita, ya que “no me gusta la plancha, pero toca”, aunque forma parte habitual del servicio que presta. En algunas viviendas debe organizar la compra, poner lavadoras, cambiar sábanas, repasar baños o limpiar piezas más delicadas, como la cubertería de plata. “Siempre empiezo dando un paseo por la casa para ver qué toca ese día”, detalla.

En uno de sus vídeos, recuerda que “cuando empecé en España me pagaban 8,50 la hora. Poco a poco subí a 10, y ahora estoy en 12”. Una tarifa que, según apunta, varía por cliente y por ciudad, pero que le permite encadenar jornadas suficientes para “hacer el día”.

50 euros en una mañana de trabajo

En los vídeos que comparte, Michelle muestra con detalle el ritmo de una mañana típica. Prepara los productos, limpia dos baños a fondo, una habitación completa, lavadoras, repaso de suelos, realiza una organización básica y cocina. Entre tarea y tarea, apenas tiene tiempo para tomar un café rápido. “En cuatro horas ya me hice el día”, dice al contar los 50 euros de la jornada matutina.

En otra vivienda, explica que distribuyó su tiempo ordenando durante dos horas y media y planchando otras dos y media. Cada encargo exige precisión y acabados cuidados. “A mí me gusta que todo quede brillante. Los detalles, chicas, los detalles”, afirma mientras enseña espejos y grifos relucientes.

Un segundo trabajo por la tarde que ama “muchísimo más”

Tras la primera tanda de limpieza, Michelle corre a casa, come “a medias”, se arregla y acude a su segundo empleo, vinculado a la creación de contenido para marcas. “Agradezco a cada persona que confía en mí para hacer su publicidad”, señala. Se prepara un guion, organiza el material y continúa trabajando hasta la noche.

El cansancio es visible al final del día, pero también el orgullo por lo conseguido. “Ha sido un día caótico, pero superproductivo”, resume. En ocasiones, las propinas elevan sus ingresos. “Hoy he hecho seis horas y me han dado propinita. En total (mañana y tarde) hice 200 euros”, explica en otro vídeo.

“Los sueños se trabajan todos los días”

Los mensajes motivacionales son constantes en sus vídeos. “No es suerte Tú todos los días te levantas, trabajas duro y luchas por tus sueños”, afirma. Asegura que gran parte de los clientes la buscan por su actitud, por su trato y por la calidad del trabajo. “Cuando tú tienes una casa, Dios te bendice. Hazlo con amor”, repite como un mantra.

Su experiencia, como la de tantas trabajadoras del hogar, refleja un empleo basado en horas dispersas, desplazamientos constantes y retribuciones ajustadas, pero también una vía de estabilidad para quienes buscan construir una vida en España. “Si tú quieres, puedes salir adelante, porque el querer es poder”, concluye.