Más de 160 millones de niños sometidos al infierno del trabajo infantil: “estamos hablando de esclavitud”

Cada 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil: más de 160 millones de niños y niñas están sometidos a este infierno de esclavitud.

Día Mundial Contra el Trabajo Infantil
Día Mundial Contra el Trabajo Infantil Bala Vikasa | Manos Unidas
Esperanza Murcia

Hoy, 12 de junio, se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Unas reivindicaciones que se llevan realizando desde 2002, pero que no han conseguido acabar con la gravísima situación de los millones de niños que “trabajan”. El lema “Justicia social para todos. Poner fin al trabajo infantil” ha sido el escogido este año por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para poner de manifiesto esta realidad.

Pese a los innumerables tratados, leyes, congresos, programas, movilizaciones y otros tantos eventos, no se ha acabado co el “flagelo” del trabajo infantil, sino que el número de niños y niñas dedicados a tareas que no les corresponden por su edad “está aumentando, sobre todo con motivo de la pandemia”, como asegura el coordinador del departamento de Estudios de Manos Unidas, Fidèle Podga.

Según los cálculos de la organización, más de 160 millones de niños están en situación de trabajo infantil, lo que equivale a uno de cada diez niños en todo el mundo. Unas cifras que, si bien están repartidas por todo el planeta, responden sobre todo en África, donde 72 millones de niños están sometidos a este esclavismo. Asia y el Pacífico ocupan el segundo lugar, con 62 millones en términos absolutos, según datos de Naciones Unidas.

Estos datos obligan al coordinador de Manos Unidas a mostrarse contundente, porque la realidad es que detrás de cada número se esconden millones de niños y niñas: “Estamos hablando de “esclavitud” infantil; no de “trabajo” infantil, ese dulce eufemismo políticamente correcto que se utiliza para no generar indignación”. Y sigue añadiendo: “No nos referimos aquí a esas tareas que forman parte de la madurez de la infancia, sino al horror que suponen esas escabrosas e inhumanas ocupaciones que vemos a diario, que atentan contra la dignidad de los niños y niñas”. 

Pérdida de la infancia y también del futuro

La existencia del “trabajo” infantil condena a millones de menores de edad, desde muy pequeños, a una explotación que les hace perder su infancia y futuro. No tienen acceso a una alimentación suficiente, ni a una sanidad adecuada ni a una educación de calidad, clave para salir de esta situación. No pueden vivir una infancia digna pero, además, todo esto “aumenta dramáticamente su tasa de mortalidad infantil”, especialmente en el Sur. 

Fidèle Podga indaga en una de las causas que siguen permitiendo esta situación: “Recurrir a su mano de obra casi gratuita, vulnerable y descartable es la mejor manera de reducir los costes de producción y permite maximizar todavía más los ya existentes beneficios empresariales”. 

“Hablamos eufóricamente de los muy lucrativos negocios del cacao, del café, del té o de la soja, sin recordar que esos productos salen del sector agrícola que representa el 70 % de los niños en situación de explotación infantil (112 millones). Hablamos también de las ganancias del servicio doméstico, del turismo, sobre todo el sexual, o de la actividad manufacturera, olvidando que pertenecen al sector servicios que explota al 20 % de la población infantil (31,4 millones)”, denuncia el coordinador para referirse, después, a los “sustanciosos beneficios relacionados con el oro y los diamantes de las joyas, el litio y cobalto de las baterías o el coltán de los teléfonos, sin tener presente que provienen de ese sector industrial que esclaviza a un 10 % de menores (16,5 millones)”.

Día Mundial contra Trabajo Infantil

Un llamamiento a la ciudadanía: hay que cuestionar a las empresas que esclavizan

Las causas llevan a un objetivo que, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil 2023, Manos Unidas ha querido sacar a coalición: “habría que interpelar a la sociedad civil para que se indigne y cuestione aquellas empresas que esclavizan a la infancia. Esto implicaría, también, exigir a los Estados y Gobiernos mecanismos de trazabilidad sobre la mano de obra; además de sistemas de inspección laboral que castiguen especialmente a los explotadores”. 

Para Podga, el crecimiento de la economía va asociado “al infierno contra la población infantil”, aunque, a su juicio, “sea casi imposible saber cuál es su contribución a esa economía mundial que les arrebata la vida”. Por otro lado, continúa exponiendo, nunca se acabará el trabajo infantil “si los poderes públicos son incapaces de imponer un trabajo decente con sueldos dignos para los adultos, que evite que las familias tengan que consentir la explotación de sus hijos para ganarse la vida para sobrevivir”. 

Sobre su erradicación, Naciones Unidas explica que “la experiencia de las tres últimas décadas ha demostrado que el trabajo infantil puede eliminarse si se abordan sus principales causas”. Estas medidas pasan por “el establecimiento y la aplicación de un marco jurídico sólido basado en las Normas Internacionales del Trabajo y el diálogo social, la provisión de acceso universal a una educación de buena calidad y a la protección social, así como medidas directas para aliviar la pobreza, la desigualdad y la inseguridad económica, y promover el trabajo decente para los trabajadores adultos”. 

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