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Letizia Vázquez (21 años), camarera: “Somos el país de los bares, donde cada vez cobramos menos y trabajamos más. La precariedad se ceba con las mujeres y los jóvenes”

Esta joven camarera estalla por la precariedad en la hostelería, que cada vez asfixia más a los jóvenes que trabajan en el sector.

Letizia Vázquez y Gonzalo Bernardos
Letizia Vázquez en debate con el economista, Gonzalo Bernardos, en LaSexta Xplica |LaSexta Xplica
Icíar Carballo
Fecha de actualización:
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Una vez más, la precariedad en la hostelería vuelve a ser motivo de debate en ‘LaSexta Xplica’. Esta vez, por las largas jornadas y bajos salarios que enfrentan especialmente los jóvenes que trabajan en este sector.

Letizia Vázquez, joven camarera de 21 años, relata en primera persona la precariedad que sufren miles de jóvenes en bares y restaurantes en España. Su intervención, cargada de indignación, ha retratado un sistema laboral que exprime al empleado, congela los sueldos y recorta las expectativas de vida.

Estalla contra la jornada laboral en España

“Yo he estado trabajando y sé perfectamente lo que es trabajar 12 horas y que te paguen la misma hora a las 6 de la mañana que a las 3 de la tarde”, denuncia Vázquez en pleno debate. Reclama que se respeten las jornadas laborales “en el país de los bares”, pero también en el que “cada vez cobramos menos y trabajamos más”.

La camarera puso el foco en los colectivos más afectados, en este caso en las mujeres y los jóvenes, con quienes “la precariedad se ceba”, señala. Explica que son precisamente quienes “estamos poniendo copas hasta las 7 de la mañana sin que nos paguen y tener que denunciar para que nos paguen después”.

Falta de oportunidades y falsas esperanzas

Vázquez también ha destacado, en su intervención, la falta de oportunidades. Muchos jóvenes, explica, aceptan esas condiciones en sus trabajos para financiar sus estudios universitarios, bajo la promesa de que una carrera y los idiomas abrirían las puertas de un empleo estable. 

“El problema es que necesitamos pagarnos una carrera porque se nos vendió la idea de que si estudiábamos, de que si teníamos idiomas, íbamos a tener un buen trabajo como tuvieron nuestros padres e íbamos a comprarnos una casa”.

Sin embargo, la realidad es bien distinta. La joven apunta que “ahora estamos viviendo en habitaciones de 10 metros cuadrados en las que no podemos ni trabajar ni tener un proyecto de vida”.