Si algo caracteriza a España, además del clima y la gastronomía, es la fiesta. La noche ha sido, desde siempre, un negocio multimillonario que mueve a miles de jóvenes cada fin de semana. Las discotecas y los locales de after mantienen vivo un sector que sostiene buena parte de la economía nocturna del país.
Sin embargo, detrás de esa imagen, están los porteros y vigilantes que velan por la seguridad de los que se divierten controlando los accesos y enfrentándose a peleas, insultos y agresiones. Pero, ¿cuál es el salario que cobran? ¿Merece la pena?
Cuánto cobra un portero de discoteca en España
Kevin, portero de una discoteca de Mallorca, es entrevistado por Adrián G. Martín para su canal de YouTube, donde ha desvelado cuánto se cobra en este sector de media. “Si trabajas por empresa, registras tu servicio, cuentas las horas facturas el precio de la hora”, explica, mientras que “si trabajas en esa empresa como seguridad fijo, tienes tu sala y haces la mayoría de días, cobras lo que un albañil; unos 1.200 o 1.300 euros al mes aproximadamente”.
Sin embargo, también existe la alternativa de trabajar directamente para la discoteca. En lugares turísticos como Magaluf, la temporada alta permite alcanzar los 2.800 o incluso 3.000 euros mensuales, con jornadas que van “de lunes a lunes”, y las tarifas varían según el local, que van desde 10 euros hasta 16 en un after. Una cantidad que, según Kevin, “está mal pagado para todo lo que te expones”.
Requisitos para ser portero de discoteca
Para ejercer como portero de discoteca basta con obtener el título de Controlador de Accesos y la Tarjeta de Identificación Profesional (TIP), que acredita que puedes trabajar legalmente como personal de seguridad en España.
“Hoy en día, con sacarte un título ya puedes trabajar como portero de discoteca, aunque eso no significa que estés preparado”.
Además, también se requieren habilidades específicas que te permitan saber controlar la situación. Asegura que lo más importante es velar por la seguridad de los compañeros del local, como camareros, limpiadores o relaciones públicas y advierte que “la primera opción nunca puede ser golpear a alguien. Para ello, tienes que tener recursos sin poner una mano encima”.
¿Necesidad o vocación?
En este caso, el entrevistado llegó al sector a través del boxeo cuando todavía no tenía cargas familiares y podía asumir los horarios y la tensión que requiere este trabajo. Sin embargo, actualmente lleva siete años en la noche y reconoce la dificultad de conciliar con la familia.
Además, la incertidumbre de no saber qué puede pasar esa noche convierte cada jornada en una presión añadida también para la familia, que vive con el miedo constante a posibles agresiones y persecuciones. Y todo ello por un sueldo que, según relata, no se corresponde con la exposición diaria a la violencia, al alcohol y a la irresponsabilidad de algunos.

