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Jim Franck, de 81 años, todavía trabaja en la construcción: "Para mí es como un arte, y un artista sigue pintando hasta que se muere"

Miles de estadounidenses de entre 80 y 90 años trabajan en algunas de las profesiones más peligrosas.

Jim Franck con una escalera en la obra de una casa
Jim Franck, de 81 años, todavía trabaja en la construcción |Brooke Herbert - Business Insider
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Jim Franck es solo un caso más de un octogenario que sigue trabajando a pesar de su avanzada edad y, no solo eso, sino también de la dureza y peligrosidad de su trabajo. Este contratista de obras se dedica a la construcción de viviendas y, como dijo recientemente, no tiene intención de dejar de trabajar.

Este hombre, que a pesar de sus 81 años se niega a jubilarse, sabe que un paso en falso podría poner fin a su carrera como constructor de viviendas, pero el riesgo no lo ha detenido, tal y como recoge el medio Business Insider.

Franck, residente de Oregón, lleva más de cinco décadas construyendo viviendas en Estados Unidos y las Islas Vírgenes Estadounidenses. Para seguir en activo, ha intentado evitar la parte más física de su trabajo, asumiendo un rol más de supervisor, aunque todavía maneja una retroexcavadora y construye terrazas y chimeneas, a pesar del dolor de espalda que esto le puede causar. "Para mí es como un arte, y un artista sigue pintando hasta que se muere", comenta Franck.

Pero el de Franck no es el único caso de estadounidense de entre 80 y 90 años que continúa trabajando en un oficio peligroso o muy físico a pesar de su avanzada edad. Bill Miller, por ejemplo, todavía maneja una carretilla a sus 82 años en Carolina del Norte.

Miller es carretillero a los 82 años porque aún se divierte “demasiado conduciendo”

Bill Miller es otro octogenario que trabaja como carretillero a los 82 años en Carolina del Norte, un trabajo que según declara no hace por razones económicas pero que sí le viene bien para mantener su mente y cuerpo activos. Este hombre sigue trabajando en este oficio porque, según aclara, se divierte "demasiado conduciendo" su carretilla elevadora.

bill miller en la carretilla
Miller en la carretilla | Katie Linsky Shaw para BI

Trabaja de 15 a 20 horas semanales, con una carretilla elevadora, una retroexcavadora, un tractor y un gato de tijera, principalmente para un amigo o para organizaciones locales.

"Algunos días, cargo camiones con acero con una carretilla elevadora y otros días, estoy cubierto de grasa haciendo trabajo manual", recuerda Miller.

Agricultor a los 88 años

Por su parte, Dix Roberts dirige una granja y huerta familiar a sus 88 años, nada más y nada menos. Roberts Family Farms es su gran proyecto en la región de Utah, donde trabaja mano a mano con su esposa, Ruth, y sus hijos. Roberts se esfuerza por superarse cada día. Ruth, de 83 años, vende productos agrícolas en diferentes mercados varias veces al mes. Juntos se complementan.

"Hago todo el trabajo que puedo y me siento seguro", dijo Roberts. 

"Ayudo a controlar la maleza, lo cual es un trabajo fácil. Voy en una cuatrimoto con un tanque de 60 litros a un lado y una manguera de 30 metros", afirma.

Dix Robert
Dix Robert en su huerto trabajando | Dix Robert - Business Insider

Conduce un autobús a sus 81 porque necesita dinero

John Gercher, de 81 años, necesita los ingresos extra que gana conduciendo un autobús escolar para recuperarse de una serie de reveses financieros que sufrió hace años y que lo dejaron con menos ahorros de los que había previsto para esta etapa de su vida.

Vive en Pensilvania y trabajó 33 años en Xerox, pero tuvo la mala suerte de perder gran parte de sus ahorros durante la burbuja puntocom. Esa pérdida, sumada a su deseo de viajar, le dejó con pocos ahorros para la jubilación , aunque afirma que ya no tiene que trabajar. Se convirtió en conductor de autobús hace siete años, cuando su distrito necesitaba conductores desesperadamente. Comentó que su principal motivación para trabajar es la alegría de contribuir a su comunidad.

Gercher tiene cataratas en desarrollo, y aunque aprobó el examen de la vista y el examen físico, no cree que pueda conducir más allá del año que viene. Las únicas limitaciones físicas que ha sentido en su trabajo son revisar el autobús para ver si ha olvidado alguna pertenencia.

"Estoy mentalmente sano, pero no quiero abusar del hospital, especialmente si tengo que transportar niños", destaca este hombre.