Se acerca el verano y la mayoría de trabajadores ya tiene reservada una o dos semanas de vacaciones para irse de viaje o disfrutar de unos días de descanso en los próximos meses. Sin embargo, también es posible encontrarse con el problema de que la empresa no nos las quiera dar, dándonos largas o directamente rechazándolas sin causa justificada. Ante este escenario, hay distintas formas de reclamar para conseguir las vacaciones.
En primer lugar, es importante recordar que, por ley, a todos los empleados le pertenecen 30 días naturales por año trabajado. Es posible que este mínimo se refleje en días laborables, por los que tendríamos 22, pero no se cuentan en este caso ni fines de semana ni festivos. El siguiente punto clave es saber que los días vacacionales se eligen de mutuo acuerdo entre la empresa y el trabajador, como se refleja en el Estatuto de los Trabajadores.
Esta elección se debe realizar atendiendo al convenio colectivo que sea de aplicación, porque es posible que el mismo fije determinados periodos donde hay que tomarlas, debido a la actividad profesional, o que a la hora de pedirlas se deban cumplir unos días mínimos. Por ejemplo, que 15 días se tengan que tomar entre junio y septiembre. Por lo general, el trabajador suele hacer una petición y la empresa la acepta o da una alternativa. Pero, si se niega a darnos los días que nos corresponden, se pueden seguir una serie de pasos.
Cómo reclamar las vacaciones si la empresa se niega a darlas
Es posible que, en esta situación, la empresa nos ofrezca pagarnos los días que nos deben de vacaciones para que no nos las tomemos. Sin embargo, es algo ilegal, las vacaciones son retribuidas (durante los días de descanso, debemos seguir cobrando el mismo sueldo que si estuviéramos trabajando) y no se pueden sustituir por ninguna compensación económica.
Dicho esto, el primer paso si nos niegan las vacaciones, es solicitarlas por escrito. De ese modo, si la compañía sigue haciendo caso omiso, contaremos con una prueba para tomar acciones legales. Es importante que durante este proceso sigamos acudiendo a nuestro puesto de trabajo porque, de faltar y tomarnos los días libres sin permiso, podrían despedirnos, y se trataría de un despido disciplinario.
Una vez formalizada y presentada la solicitud por escrito, si nos siguen dando largas, podríamos recurrir ante la Inspección de Trabajo. Para ello, nos pedirán el DNI, para verificar nuestros datos, pero debemos saber que esta denuncia es anónima. Esto es, si un inspector se posiciona en la empresa donde trabajamos, no dirá quién ha denunciado.
Si la negativa prosiguiera, la última opción sería interponer una demanda en el Juzgado de lo Social, contando con 20 días tras la solicitud de las vacaciones. Como norma general, suele ser un proceso rápido que no dura más de dos meses, y la sentencia del juez será irrecurrible. Esto quiere decir que su decisión no se puede revocar y se deberá cumplir sin excepción. No obstante, lo más recomendable es llegar a un acuerdo antes de recurrir a la vía judicial, teniendo como opción presentar una papeleta de conciliación.
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